Es uno de los crímenes más macabros que se recuerdan en los últimos tiempos y ha conmocionado una localidad como la de Alcalá de Henares. La aparición de un frigorífico y en su interior el cuerpo despedazado de una joven ha dejado atónitos a todos, incluidos unos investigadores que fechas antes habían interrogado al novio de la joven, que decía haberla perdido la pista tras una discusión. No era así. Estaba en un arcón mientras él seguía viviendo en la casa. El descuartizador de Alcalá tenía un tatuaje con el nombre de su novia en el brazo y aseguraba que estaba muerta.
Ahora, la autopsia es la que debe determinar la fecha exacta de la muerte de la joven cuyo cuerpo apareció el viernes descuartizado y congelado en esa localidad madrileña. El grado de congelación es tal que los forenses no han podido aún intervenir, pero los investigadores creen que puede llevar meses dentro del arcón.
Los agentes, pese a todo, vaticinan por las informaciones que han recabado la posible fecha en la que murió la joven y apuntan a septiembre de 2017 ya que un compañero de piso recuerda en esas fechas una tremenda discusión entre ambos. Fechas estas en las que desapareció la pista de Daria, que a partir de esta fecha nunca más volvió al bar donde trabajaba.
Se teme que Manuel, su pareja, haya convivido con el cuerpo durante todo este tiempo, ya que durante las primeras conversaciones con los investigadores motivadas por la denuncia de la madre de la joven, Manuel dijo que se había ido a Madrid tras una discusión. Manuel describía su personalidad en twitter a través de una mensaje que ahora adquiere sentido para las personas que hasta ahora veían en él a un chico trabajador, bueno y cariñoso. "Que no te importe lo que los demás dicen de ti. Tu vida es un libro cerrado y los demás solo ven el título", expresaba en las redes.
Prisión provisional sin fianza para el presunto 'descuartizador de Alcalá'