La Guardia Urbana de Barcelona ha detectado que gran parte de accidentes de tráfico en la ciudad tienen como parte implicada a los trabajadores de empresas, ya sea 'in itinere' al trabajo o durante la jornada laboral. Por eso organizan jornadas en empresas para concienciar sobre un problema que se ha convertido ya en toda una epidemia: los accidentes de tráfico en Barcelona que han pasado de 9.200 a 9.500 en el último año. Solo el año pasado en Barcelona hubo 12.000 víctimas de accidentes, 200 de ellas muy graves y 25 muertes. Es decir, 33 lesionados al día. La Guardia Urbana también da la voz de alarma sobre el número de atropellos. Nada menos que 1.200 en 2018. Tres al día. Y una de las razones es mirar el móvil. Un 30% de ellos se producen por esta causa.
De hecho, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) ha reclamado una "mejora de la seguridad vial" y una reducción del uso del vehículo privado en la ciudad ante el aumento de atropellos mortales en la capital catalana. Con motivo del reciente fallecimiento por atropello de dos personas de 86 y 79 años en menos de 24 horas, la FAVB ha denunciado "las altas cifras de violencia vial" que sufren los peatones en Barcelona.
Según la FAVB, de las 11 víctimas mortales registradas este año en la ciudad en accidentes, cuatro eran peatones (36 %), sin contar el 'rider' de 22 años que perdió la vida cuando fue atropellado por un camión mientras iba en bicicleta a finales del pasado mes de mayo. "Si a esto sumamos los 1.200 atropellos anuales que se registran en la capital catalana, algo estamos haciendo mal", ha señalado un portavoz de la FAVB.
Por todo ello, proponen "disminuir cada vez más el transporte motorizado privado y reducir el número de coches que entran y salen de Barcelona, no sólo para reducir los aún elevados niveles de contaminación, sino también por el peligro constante del paso de vehículos mortales en nuestras ciudades, que provocan un mal intolerable". La federación también pide cambiar el aparcamiento de las motocicletas de la acera a la calzada "para hacer atractivo el caminar, porque, no olvidemos que la acera es para los peatones"..
El constante envejecimiento de la población supone un reto al que la ciudad y la sociedad tienen que hacer frente con mayor prudencia, seguridad y educación, bien sea al volante o al manillar, con una mayor implicación y responsabilidad de quien tiene la capacidad de provocar más mal: el vehículo motorizado.
Además de los atropellos y siniestros viales, la organización pone en contexto que el sedentarismo, la contaminación del aire y el ruido pasan una elevada factura en términos de salud y asistencia médica. En este sentido, los niños y las personas mayores son dos de los colectivos más sensibles. El estado actual de emergencia climática exige mucho más que declaraciones de buenas intenciones y esperanzas depositadas en cambios tecnológicos que en el fondo todo siga igual.
Bruselas, de hecho, ha puesto el foco en Barcelona, entre otras razones por culpa de la contaminación. La descarbonización de la economía ya es toda una obligación y más entre olas de calor. Para ello no queda más remedio que promover la movilidad activa (caminar y montar en bicicleta) , en combinación con el transporte público y hacer que el coche y moto dejen de ser anfitriones y pasen a ser invitados. Eso y saber que ir con el móvil por la calle puede convertirse en un riesgo mortal.