De perder las cuatro extremidades a soñar con París 2024: la historia de superación de Davide Morana

  • Hace tres años una meningitis bacteriana obligó a amputarle los brazos y las piernas

  • Su historia de superación la plasmó su pareja, Cecilia Cano, en el libro 'Arriba la vida'

  • El pasado mes de diciembre se proclamó campeón de España de los 100m lisos

"A mí hasta se me había olvidado que era el día. Siempre estoy hasta arriba de cosas y se me pasó". Con esta naturalidad, Davide Morana (Sicilia, 1993) vivió el pasado 14 de enero, el día que hace tres años le cambió la vida. Una meningitis bacteriana le infectó la sangre y le arrebató sus cuatro extremidades. "La que sí se acordó de ese día fue mi madre que le hizo un regalo por su tercer cumpleaños", añade Cecilia Cano (Murcia, 1994) pareja de Davide y autora del libro Arriba la vida.

"Yo siempre creí en él, hasta en los peores momentos. Estaba segura de que iba a conseguir todo lo que ha conseguido. A pesar de las cuatro amputaciones, él iba a ser independiente, iba a hacer su vida y así ha sido", explica Cecilia. Ambos atienden a NIUS desde la casa que comparten en Murcia. Se conocieron en Italia, en Palermo, cuando ella era estudiante de Erasmus. Era el año 2014. Un año después, Davide se mudó a España.

Arriba la vida relata una historia de superación en mayúsculas, de resiliencia. Son tres palabras que resumen el lema de vida de Davide y que usa de hashtag (#ArribaLaVida) desde su primera publicación en redes sociales después de la enfermedad (la vacuna contra la meningitis C no estaba incluida en el calendario obligatorio en Italia). En un colegio de Murcia lo van a implantar como lectura obligatoria. "Fue una alegría enterarnos. Es todo un orgullo, la verdad", asegura Davide.

Pregunta: El deporte ha sido clave en tu recuperación, entrenas todos los días y lo describes como un trabajo. ¿Hubiera sido todo distinto sin el deporte?

Davide: No me imagino mi vida sin el deporte. Empecé con el baloncesto, llegué a ser profesional y antes de la enfermedad estaba preparando un triatlón. Después de la enfermedad, y una vez dominadas las prótesis, quise volver a entrenar y descubrí el atletismo adaptado. Hace un mes me mudé a Madrid. Entrenaba allí de lunes a viernes en el club de atletismo de Las Rozas y el fin de semana volvía a Murcia. Pero tal y como están las cosas con la pandemia estoy en Murcia otra vez. Tengo una entrenadora muy buena que me manda las tablas y las hago aquí.

Pregunta: El pasado mes de diciembre te proclamaste campeón de España de los 100m lisos. ¿Sueñas con llegar algún día a ser paralímpico?

Davide: Ojalá pueda llegar a disputar unos juegos paralímpicos. A los de Tokio 2021 no porque es demasiado temprano, pero probablemente a los de París 2024 sí. Si sigo entrenando, y así de bien, tengo muchas posibilidades de llegar.

Pregunta: Desde el primer día tuviste claro que no ibas a ocultar tus prótesis, sino todo lo contrario. Por ejemplo, siempre vas en pantalón corto. ¿Cómo reacciona la gente?

Davide: Las miradas son muchas, son continuas, pero también hay que ponerse en el lugar del que te está mirando y empatizar. Yo veo paseando por la calle a un chico o a una chica con tantas amputaciones y cicatrices y me llamaría la atención. Lo que sí me gusta es que la gente no se quede mirando, sino que pregunte y son muchos los que lo hacen, sobre todo los niños. Con su inocencia se lanzan y para mí es un placer. Entiendo quién quiera ocultar su prótesis, pero no defiendo esa idea para nada. Yo soy más de enseñar cómo son, su estética es chulísima, y es una forma de autoayuda; te ayuda a aceptar tu cuerpo y tu condición.

Cecilia: Está muy bien porque ves a Davide andando por la calle y si nos has visto a nadie con prótesis es un buen rollo verle y pensar: mira a este chico lo que le ha pasado y mira qué bien anda, qué bien se le ve, qué sonriente. Normalizar un poco que puedas llevar una vida activa con prótesis.

Pregunta: Tú te aceptaste desde el primer momento. Los psiquiatras del hospital reconocieron que nunca habían visto algo así. Dijeron que tu reacción había sido "extraordinaria, casi antinatural". ¿Nunca has necesitado ayuda psicológica?

Davide: No. Tardé muy poco tiempo en decirles a los psicólogos que de cabeza estaba bien, que no necesitaba fármacos, que sabía que esta etapa iba a ser dura y necesitaba concentración para salir del hospital bien y listo para empezar con la rehabilitación. Los médicos y los psicólogos se sorprendieron mucho y dijeron: pues este chico no necesita ayuda, para nada. Es más, luego pasaban ellos a contarme su día a día.

No ocultar las prótesis es una forma de autoayuda: te ayuda a aceptar tu cuerpo y tu condición.

Pregunta: Cecilia, ¿ cómo surgió la idea de escribir el libro?

Cecilia: A mí siempre me ha gustado escribir y cuando pasó todo esto me puse a escribir para desahogarme, para digerirlo. Luego pensé, da para libro. Cuando hicimos la campaña para recaudar fondos para financiar las prótesis, montamos una página web e hice un resumen muy emotivo de su historia. Tenía la idea de escribir un libro, los astros se alinearon y recibí un email de una editora diciéndonos que le había encantado, que estaba en shock, y que adelante.

Pregunta: Dices en el prólogo que "las cosas no ocurren por casualidad; tiene que haber alguna especie de destino", quizá porque esa durísima experiencia no todo el mundo la afronta con la misma fortaleza.

Davide: Tardé en entender que no. Para mí fue todo tan natural. No consideraba mi historia un ejemplo de superación, ni mucho menos. Desde el minuto uno me acepté tan bien y tan pronto, que no todo pasa por casualidad. Fue tan natural el verme tetramputado que no me plantee en absoluto qué iba a decir la gente cuando me viera o mi familia cuando tenga que cuidar de mí o pensar en la rehabilitación. Tenía claro que iba a volver a mi autonomía. Me gustaba mi cuerpo con y sin extremidades y eso digamos fue todo lo que me permitió y permite alcanzar los objetivos.

Pregunta: Cecilia, a ti ¿ cómo te ha cambiado la vida?

Cecilia: La vida me cambió en el momento. Tuve un parón. Yo tenía una vida normal, feliz, sin sobresaltos y esto me hizo parar. Yo estaba opositando, trabajando y como siempre, corriendo. Pasó esto y dejé de estudiar, me puse como una loca a ver como podíamos buscar financiación para las prótesis y me fui con Davide a Italia a la rehabilitación. Me subí al barco a tope. He aprendido mucho y ver su reacción es una locura.

Pregunta: Esa fortaleza y ese coraje ayudan a muchas personas que te ven y te leen en tus perfiles en redes sociales. En Instagram, por ejemplo, tienes 118.000 seguidores.

Davide: Me gusta que la gente sepa relativizar al ver mi historia. Hay gente que se ha puesto en contacto conmigo, que ha tocado fondo y que estaba a punto de suicidarse y no lo ha hecho. Es muy fuerte. Es lo que más me gusta. Pero no soy muy activo. Cuando tengo algo que contar, lo hago. No me gusta el consumo descontrolado de las redes sociales. Veo muchas cosas buenas, pero hay contenido que es muy vacío, que puede llegar a crear frustración. Ahí tengo una lucha para que vayamos ganando quienes mandamos un mensaje más natural.

Desde el minuto uno me acepté tan bien, fue tan natural verme tetramputado.

Pregunta: A día de hoy eres completamente autónomo. El otro día colgaste un vídeo mostrando tu agilidad para plegar tu silla en el maletero del coche y venirte conduciendo a Madrid.

Davide: Con el dominio de las prótesis lo hago ya sin ningún problema. Como me paro pocas veces a pensar, hay veces que digo: siendo amputado tengo que enseñárselo a la gente. Porque si queremos normalizar condiciones parecidas a las mías hay que enseñar la agilidad que se puede conseguir en el manejo de las prótesis. Así cuando me conocen empiezan a tratarme como una persona normal, es decir, no un chico especial con superpoderes, no en absoluto. Una persona normal que he tenido que afrontar un problema que parecía devastador, tremendo pero que aún así me ha dado oportunidades y hay que valorarlo. Me gusta viajar. Voy en coche a Madrid y soy más autónomo que nunca. Allí entreno, doy charlas (es embajador de la Asociación Española Contra la Meningitis), voy a la ortopedia.

Pregunta: ¿Cada cuánto tiempo tienes que cambiar las prótesis?

Davide: Las prótesis se desgastan muchísimo, sobre todo las de las manos. Tú piensa que por las manos pasa el 200 % de nuestra actividad diaria. Hacemos todo con las manos; quien las tiene no se da cuenta. Tengo que ponerle una concentración bárbara sobre todo para trabajos más pequeños como ponerme la insulina (padece diabetes desde los 18 años) o sacar la tarjeta de la cartera. Las manos siempre están trabajando y al ser eléctricas y mas frágiles que los pies, que son de carbono, se estropean muy frecuentemente. Las de las manos cada cuatro años; los pies, cada 10. También tengo prótesis deportivas de manos y pies.

Cecilia: Cuando pasen los años y se estabilicen los muñones, las prótesis pueden durar muchísimo tiempo, pero lo suyo es reciente y tiene mucha actividad.

Pregunta: ¿ Tienes algún tipo de financiación?

Davide: Yo me lo financio todo con el dinero que recaudé. No tengo ayudas. Las prótesis de deporte no las cubre la Seguridad Social (las otras sí, pero son tan básicas que no permiten llevar un estilo de vida normal). Tengo que hacerle frente yo. Voy a firmar con una agencia de representantes para buscarme algún patrocinador.

Pregunta: ¿Hay algo que eches de menos de antes de la enfermedad?

Davide: Pues en momentos puntuales cosas relacionadas con el deporte: nadar, andar por la playa, el agua, pero son cosas puntuales. Pero no son recuerdos amargos. Los he disfrutado tanto que me acuerdo de ellos pero no los echo de menos, los he reemplazado por otras cosas que hago ahora y antes no hacía. Me considero una persona que no miro mucho hacia atrás. Y si me paro a pensar en el pasado es con agradecimiento, nunca con rencor o con odio.