David Bottomley, de 94 años, se ha convertido en todo un ejemplo de constancia y esfuerzo para las generaciones presentes y futuras cuando obtuvo este martes su doctorado en Filosofía por la Universidad Curtin, en Australia Occidental.
El diploma académico ha sido el resultado de siete años dedicados a una tesis sobre los métodos de cinco educadores australianos progresistas del siglo XIX.
Su logro ha sorprendido en la misma medida en la que ha despertado la admiración de muchos, como la vicerectora de la Universidad Curtin, Deborah Terry, quien considera que su caso "muestra que la edad no es una barrera para seguir estudiando y su graduación inspirará a muchos".
Las primeras sensaciones del recién graduado fueron de "alivio y entumecimiento total", según recoge el medio local 'Perth Now'. "Creo que es un sentimiento que embarga a la mayoría de los estudiantes que logran un postgrado", añade.
Ahora, el padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos, asegura que "no sabe qué hacer" con su tiempo libre, después de haber dedicado tantos años a su proyecto académico.
Lo que sí ha declarado es que pasará más tiempo con su mujer Anne, de 68 años, y seguirá estudiando. Bottomley quiere comprobar si lo aprendido en su tesis "puede aplicarse a los estudiantes de hoy en día en los colegios".