Las compras compulsivas del Black Friday tienen una razón: olvidar el estrés y la angustia del día a día

  • Oniomanía: "Efecto estimulante y psicotrópico al comprar una ganga”

  • Sostenibilidad, personalización y renovación: tendencias del consumidor

  • La OCU aconseja no dejar las compras para el último momento y vigilarlas

El Black Friday pisa cada vez más fuerte. Este día de alto consumo prevé facturar, solo en venta online, más de 1,6 billones de euros. Sin embargo, de lo que no hay estadísticas, es del fomento de la compra compulsiva, según señala Gaietá Garcia, profesor de marketing de EAE Business School.

La visión crítica del Black Friday se da porque los “beneficios económicos de esta jornada se publican siempre”, sin embargo, cabe destacar que en los últimos 40 años, aproximadamente, ha aumentado la ‘oniomanía’, compra compulsiva, que produce a quienes la padecen “un efecto estimulante, relajante y psicotrópico cuando adquieren una ganga”, apuntan desde EAE.

Según los expertos, este día sirve como “excusa perfecta para dejarse llevar por el impulso comprador”, lo que supone “una puerta abierta” al desarrollo de una patología que quizá “padece un alto porcentaje de la sociedad sin ser consciente de ello”.

“Debemos tomar conciencia sobre si la compra que efectuamos responde a la satisfacción de una necesidad física, emocional o de desequilibrio mental”, explica García. “El Black Friday constituye para algunas personas una ocasión para evadirse del dolor habitual, del sufrimiento que padece una parte de la población ocasionada por factores del entorno”, añade.

El Black Friday es un día clave para las empresas, que trabajan para perfeccionar sus productos en relación a las tendencias del consumidor. Pablo Contreras, profesor de marketing de la EAE Business School apunta a tres conceptos: sostenibilidad, hiperpersonalización y desmaterialización del consumo.

Sostenibilidad, hiperpersonalización y desmaterialización del consumo

“La sostenibilidad es un tema muy importante para las estrategias de venta de las compañías. Las empresas se toman en serio algo que en el pasado se contemplaba de forma más bien colateral”, apunta Contreras. “El consumidor de hoy es sensible y crítico en este ámbito, necesita información clara y transparente sobre las marcas para tomar decisiones de compra. Las empresas se ven obligadas a responder a este interés con iniciativas de diverso tipo: sustitución de plásticos de primer uso por plástico reciclado o materiales biodegradables, rediseño de operaciones para reducir la huella de carbono o sustitución de vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos”, añade el experto.

Las redes sociales provocan la tendencia a la hiperpersonalización. “La tecnología está permitiendo que esto sea posible, ya se habla de personalización masiva. Un ejemplo paradigmático es el caso de NikeiD que permiten personalizar el diseño de tus zapatillas. Calzedonia permitió también personalizar los bañadores. Las empresas buscan ofrecer servicios diferenciales a clientes de alto valor o bien aumentar la vinculación emocional de los clientes con sus marcas. La personalización dejará de ser un elemento diferencial de las marcas para convertirse en un básico”, explica Contreras.

La desmaterialización del consumo es otra de las tendencias. “El apego a los productos, el tener un producto duradero para toda la vida es un valor que pertenece al pasado. Se busca la renovación continua. Las nuevas generaciones valoran cada vez más las experiencias que los productos ofrecen por encima de su posesión”, destaca Contreras. La EAE recoge las preocupaciones de industrias como la del automóvil, que ven cómo los jóvenes no tienen el mismo interés en tener coche propio. Además, están proliferando start-ups cuyo negocio es el alquiler de bolsos de lujo. Hechos que demuestran el cambio de tendencia.

Retrasos, productos que no llegan o llegan defectuosos

Las personas pueden enfrentarse a diversos problemas estos días donde el consumo se dispara. La OCU ha hecho varias encuestas para conocer las preocupaciones de los usuarios. La prevalencia de problemas es ligeramente mayor durante el Black Friday que durante períodos no promocionales.

Podemos encontrar potenciales problemas que surgen en la compra como los “retrasos, productos, que no llegan o que llegan defectuosos, envío del producto erróneo, problemas con la garantía o el derecho al desistimiento, entre otros”, según apunta la OCU.

El organismo aconseja que, para evitar problemas, durante el Black Friday como el resto el año, “se compre en establecimientos de confianza, asegurando que se trata de un sitio real, con garantías, ya que en ocasiones surgen páginas fraudulentas, que se hacen pasar por otras y solo buscan engañar al consumidor”, destacan.

OCU aconseja también no dejar las compras para el último momento en periodos de alto consumo, ya que el envío en ocasiones puede requerir más tiempo del habitual y sobre todo comparar precios en distintos establecimientos, que permite poner a disposición de los consumidores diferentes comparadores sobre electrodomésticos, tecnología y equipamiento de hogar.