Un cazador furtivo presumía de cazar ilegalmente. Los vídeos con las pruebas los colgaba en Internet. Y hasta daba pistas de donde cazaba. Capturaba perdices rojas en cotos de Chiclana y Portorreal, Cádiz. Usaba redes prohibidas. Tanta impunidad no podía acabar bien. La Guardia Civil montó un dispositivo y lo pilló infraganti. La multa, de los 4.000 hasta 50.300. Al final, las redes sociales han soltado la liebre.