En Países Bajos, cada año se venden más de 5 millones de paquetes de chicles, una cifra muy importante si se tiene en cuenta que estos productos no se reciclan. Por ello, la iniciativa que ha tenido una ciudadana fundado la empresa GumBuddy, está generando grandes avances en el reciclaje.
Su empresa instala tableros y recipientes para que la gente pegue sus chicles usados en ella y a partir de ahí poder darle un segundo uso. Así, ayudan a generar conciencia social sobre el problema y crean nuevos productos útiles mediante el reciclaje.
Entre sus creaciones destacan las primeras zapatillas hechas con restos de chicles: se llama Gumshoe y tiene la suela completamente hecha de compuestos reciclables, y esos compuestos están compuestos por un 20 por ciento de goma. Además, se puede cambiar la suela cuando se necesite por un módico precio.
Sus creadores pretenden que este proyecto pueda expandirse por otras ciudades importantes y que sea capaz de llegar a más partes del mundo. Los zapatos están disponibles en color rosa chicle, negro y rojo, y cuestan 190 euros.