Bernardo Montoya, un preso modelo remunerado en la cárcel y un monstruo fuera de ella

telecinco.es 20/12/2018 11:55

Bernardo Montoya tiene dos caras. Una dentro de prisión y otra fuera. Tras pasar casi 21 de sus 50 años de vida en la cárcel sabe muy bien moverse dentro de la misma. Tanto, que en la prisión de Huelva era un preso de confianza. ¿Qué significa esto? Que es un recluso que gracias a su buen comportamiento penitenciario, y por estar condenado a pena breve o encontrarse en la última etapa del cumplimiento de una larga, se emplea en cuidados o trabajos del establecimiento que a otros podrían tentar a la fuga (como arreglo de jardines o de la parte exterior del edificio), y también como recaderos cuando se trata de gestiones muy cercanas a la cárcel o presidio.

En el caso de Montoya era el cerrajero de la prisión y su trabajo estaba remunerado. Se da la paradoja de que Montoya sí que se fugó de la cárcel el 22 de noviembre de 2008 junto con otros presos después de uno de sus permisos penitenciarios. Se entregó por propia voluntad en octubre de 2009. Pese a todo, gracias a su comportamiento se le seguía considerando un preso de confianza.

Es otro el Bernardo Montoya lejos de la prisión. De hecho fue desterrado del pueblo de Cortegana (Huelva) que revive estos días los altercados que se produjeron hace 13 años. El pueblo estalló contra la familia Montoya. Habian muerto asesinadas tres vecinos. A Cecilia la mató Bernardo, a María del Carmen, Luciano, su hermano gemelo. Las heridas se reabren con el asesinato de Laura.

El historial delictivo de Bernardo Montoya, detenido por la muerte de Laura Luelmo en Huelva, es de los que asustan. En 1995 intentó robar a una mujer de 82 años. Fue detenido y mientras esperaba que se celebrara el juicio, se presentó en su casa y la mató a puñaladas. La sentencia no deja lugar a dudas de su sangre fría. "La acometió con el machete que portaba, asestándole primero una puñalada en la región dorsal y seguidamente, cuando se hallaba en el suelo, otras 6 puñaladas en el cuello”. Es decir, sin piedad. Cumplió condena pero regresaría a prisión por asaltos a mujeres cometidos en 2008 y 2015. Su instinto asesino ha vuelto ahora, otra vez en el mes de diciembre, para acabar con la vida de su vecina Laura. Esa chica que fue en busca de un sueño a El Campillo y que desde el primer momento sintió miedo ante la presencia de este hombre.

La Guardia Civil no prevé ningún traslado

Bernardo Montoya volvió a salir de la cárcel y en menos de dos meses no ha podido vencer a sus impulsos. Ahora se encuentra por donde ha pasado gran parte de su vida, en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil, donde permanece desde este miércoles por la tarde tras acudir a El Campillo a realizar, junto a los investigadores, una reconstrucción de los hechos. EL pueblo ya pide que le destierren para siempre y ayer estuvo a punto de agredirle tras saltarse un cordón policial al grito de Asesino y Laura somos todos.

Pese a los rumores, en principio no se tiene previsto ningún traslado del detenido. En cuanto a su pase a disposición judicial, la fecha límite de entrega ante la juez de Valverde del Camino (Huelva) al frente de la investigación es este viernes a las 13,00 horas aproximadamente.

La autopsia realizada este mismo martes en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Huelva ha revelado que Laura Luelmo sufrió una agresión sexual, además del golpe en la frente que provocó su muerte entre los días 14 y 15 de diciembre, entre dos y tres días después de su desaparición en El Campillo.