Caso Ana Enjamio: Restos de ADN de César en la ropa de la víctima y las puñaladas acorralan a César

  • 21 de las decenas de puñaladas se hicieron para intimidar a la víctima

  • Se ha encontado sangre de la joven en el coche de César

Los testigos que compartieron cena con Ana y César definieron la relación entre ellos como un torbellino de celos, de angustia, de acoso. No le hicieron ningún favor a un César que aparece relajado, frío, con todo lo que dice sumamente estudiado, incluso que seguía manteniendo una relación clandestina con Ana. Aunque los testimonios en el juicio empiezan a acorralar su versión de los hechos. 27 años de prisión pìde para él la fiscalía.

El sigue diciendo que es inocente. La declaración de los forenses presentan unos terribles últimos momentos de la joven que recibió decenas de puñaladas. De ellas, 21 se llevaron a cabo como forma de intimidar, de asustar. El resto fueron directas al corazón con la clara intención de matar. Seis cuchilladas fueron asestadas directamente al corazón y otras siete a la aorta.

Además, Ana fue agarrada con fuerza de la boca y del cuello, para que no pudiera pedir ayuda. César presentaba heridas en las manos, que podrían deberse a la defensa de la propia Enjamio. Los cortes parecen incidir además en el hecho de que Ana se defendió los que pudo ya que presentaba cortes en la manga izquierda de la chaqueta de la joven, sujetador, mama izquierda, correa del reloj y en la misma mano izquierda de la víctima interpretadas como heridas causadas en su defensa.

Más malas noticias para César. Rastros de sangre se han encontrado en su coche. Una a la izquierda de la radio del vehículo y una segunda junto al pulsador de la luneta térmica. Y en la zona del pecho y parte de la ropa de Ana Enjamio se encontraron perfiles genéticos de la propia víctima y de César Adrio.

Más datos contra el acusado. Aunque él mantiene que llegó a casa sobre las 5.30 horas tras la cena de Navidad de la empresa, su familia asegura que no lo hizo hasta las 7.00.