Un coche avanza por la autovía con una farola que sobresale casi un par de metros por su ventanilla. En el coche que le sigue se oye el siguiente diálogo. "Ha metido una farola en el coche en el coche, quillo. Eso es lo nunca visto en Cádiz, mira, mira, una farola lleva. Ese tío esta colgao quillo", dice una de las personas que graban la escena. "Mira, mira, con el palo...", le responden con asombro.
Lo que acaban de leer podría ser el guión de una película, pero no lo es. Ningún guionista podría imaginar la surrealista escena que contemplaron los ocupantes de este vehículo, y de otros muchos, que circulaban por una autovía de Cádiz. Delante de ellos, a su lado, circulaba un coche con una farola urbana introducida por el maletero y sobresaliendo un par de metros por la ventanilla delantera derecha.
Por si eso no fuera suficiente, el vehículo que lleva una farola, o la farola que lleva un vehículo (no se sabe que es más grande), circula por el carril rápido, haciendo apartarse a los que viajan a su derecha para no colisionar con la farola. Ninguna luz de emergencia, ningún elemento para señalizar la farola.
El coche, un Renault blanco con la matrícula tapada por la base de la farola, se mueve a izquierda y derecha, sorteando al resto de conductores y permitiéndose, farola en ristre, hasta adelantamientos. Imposible identificarlo por el video, aunque si por la fotografía con el coche estacionado, ya sin farola, en Jerez de la Frontera.
El conductor, ha sido ya identificado por la Guardia Civil y deberá responder por un delito contra la seguridad del tráfico y otro por un presunto hurto de mobiliario urbano si, como parece, no solo llevaba una farola en el coche, sino que además no era de su propiedad. Ciertamente, de película.