Cuándo es necesario desinfectar la lavadora y cómo hacerlo de manera sencilla

Paradójicamente, el electrodoméstico donde lavamos la ropa también puede coger suciedad si no la limpiamos de vez en cuando. La ropa manchada, los malos olores… Todo contribuye a que acabe dando sensación de poca higiene. ¿Cómo puedes desinfectar la lavadora de manera sencilla?

Cuándo desinfectar la lavadora

Hay situaciones en las que es preferente darle un repaso a la lavadora para evitar que prolifere la suciedad o las bacterias. Si estás enfermo o alguien en tu casa lo está, por ejemplo con gripe, es aconsejable asegurarse de que los virus no andan dando vueltas después con el resto de tu ropa.

Si eres médico o vives con uno, también deberías desinfectar de vez en cuando la lavadora, según recomiendan desde Limpieza Express.

Si has estado tratando con productos químicos como pesticidas.

Cómo desinfectar la lavadora

Para dejarla como nueva necesitarás cuatro productos: vinagre, lejía, agua caliente y un paño.

En general, lo que tiende a oler mal en tu lavadora cuando se ensucia es el tambor y la goma que la sella, dado que es ahí donde puede formarse moho.

Para limpiar el tambor, asegúrate de que está completamente vacía y a continuación ajusta la temperatura del agua para que salga bien caliente (30 ºC o más). En el dispensador donde normalmente echas el detergente, introduce media taza de vinagre blanco de limpieza, más o menos, y dale a iniciar lavado.

Para limpiar la goma de la puerta frontal de la lavadora, tira de ella sin sacarla del todo, y dale con lejía (usando guantes y mascarilla) hasta que desaparezca el moho. Después, retira el sobrante con un paño.

Para limpiar el filtro, vacía la lavadora y desenchúfala, afloja el tapón del filtro con mucho cuidado, y elimina los restos acumulados con un paño. Cuando termines vuelve a colocarlo en su sitio.

Si tu problema es más simple y tu lavadora no parece sucia pero huele regular, elige un ciclo de lavado a mucha temperatura y añade vinagre blanco. Cuando acabe el ciclo, deja las puertas abiertas el máximo tiempo posible, a poder ser un día entero, para que se ventile. Si además colocas un bol con bicarbonato de sodio en su interior mientras ventila, mejor, ya que es un buen absorbente de los malos olores.