Los vecinos aún no dan crédito a la frialdad con la que Andrés estos días comentaba la desaparición de María Isabel; “tan normal, tan tranquilo hablando de ella”
A él lo conocían porque había sido camarero y aunque muchos aseguran que se movía en ambientes poco saludables, nadie puede digerir semejante final: “de Andrés no me lo creo, pero las pruebas están ahí, no me lo creo, estamos en shock”, afirman quienes le conocía.
La tristeza y la conmoción se palpan en Albacete, una ciudad donde todos recuerdan el carácter afable de su vendedora de la ONCE: “era muy simpática, muy agradable, siempre riéndose…una mujer sencilla, ‘jovencica’, tenía su discapacidad, pero era muy sociable con todo el mundo, no hay derecho”
Indignados por un trágico suceso que la policía sigue investigando bajo secreto de sumario.