Todo comenzó con una publicación en Snapchat del vlogger americano y artista de maquillaje, Jeffree Star, quien se sacó una foto del boomerang acompañándolo de una frase: "Pasándomelo muy bien con mi nuevo boomerang de Chanel". Además de las típicas frases recriminatorias de los usuarios del tipo "cuando tienes mucho dinero y no sabes lo que hacer con él" o "esto es una broma", destacaban también las críticas de muchas personas señalando la apropiación indebida de la marca de un elemento icónico de los indígenas australianos.
De hecho, algunos expertos han salido pidiendo en los medios la retirada del producto, como Matthew Rimmer, profesor de propiedad Intelectual e Innovación de la Universidad de Queensland (Australia), quien insiste en que "Chanel debe disculparse por completo, retirar el boomerang de la venta e indemnizar a las comunidades indígenas australianas", tal y como recoge el portal australiano 'The Age'.
El boomerang es solo un de los cinco accesorios de lujo que Chanel pone a la venta para pasar un buen rato en el parque. Otros son cuatro pelotas de tenis por 370 €, un juego de playa con palas y pelotas por 3.170 €, una raqueta de tenis hecha de carbono por 1.450 € y una tabla de paddle surf con un precio disponible "bajo petición".