Kirsten Kinch, inconsolable dueña de la perra, se quejó en las redes de lo ocurrido mostrando las imágenes del antes y el después de su mascota, a la que confió a una guardería canina, según ha publicado la web de noticias irlandesa RTE.
La mujer ha contado la pérdida de Nova de forma inesperada al dejarla apenas tres días en el centro especializado para animales de compañía. A su regreso estaba muerta y le entregaron un paquete sellado con cinta adhesiva que contenía los restos de su perra.
Kinch ha contado en su cuenta en Facebook que Nova sufría una infección en el colon para la que tenía un tratamiento que estaba funcionando bien. Al dejar al animal dejó por escrito las instrucciones para la administración correcta de los medicamentos prescritos.
Paddy Cullen, dueño de la perrera P&E, ha explicado que Nova, de siete años, sufría una colitis, que se le agravó provocándole al parecer una hemorragia. Los cuidadores la encontraron muerta en un charco de sangre, en el espacio, donde dormía, el tercer día que pasó en el centro canino.
La dueña de la perra se lamentó en un programa de televisión que cuando fue a recoger a su mascota descubrió que estaba muerta y envuelta en una bolsa oscura sellada con cinta adhesiva, como si fuera basura. Además de criticar que en esos tres días el centro canino no se puso en contacto con ella ni la informó de lo ocurrido.
"Fue un shock total, pensé que iba a recoger a un perro perfectamente sano. Le pregunté de inmediato si había tomado su medicación", se lamentó. Los restos que le entregaron fueron examinados, así como el microchip del perro para confirmar que era Nova. Además, se le realizó un examen post mortem en el hospital veterinario de UCD, pero los resultados no fueron concluyentes.
La muerte de Nova ocurrió a finales de diciembre de 2018, pero Kirsten Kinch, asegura que ahora se ha visto con fuerzas para contarlo.