Historia de la denuncia contra Tomás Gimeno que llegó demasiado tarde para Anna y Olivia: nadie reaccionó a tiempo

  • En Radazul estaba ocupados con una agresión sexual, así que Beatriz se quedó en el patio del cuartel hablando con Tomás

  • A pesar de reiterar que Beatriz no volvería a ver a las niñas, a Tomás no se les buscó

  • La patrulla le multó y la novia de Tomás recibió una carta de despedida, pero no denunció

La causa exacta de la muerte de Olivia sólo se conocerá cuando finalicen los informes toxicológicos. Los forenses han querido aclarar que el edema agudo de pulmón todavía no permite aventurar hipótesis como el ahogamiento o la inhalación de tóxicos. Los relajantes musculares encontrados en la vivienda, en el salón de la casa, siempre hicieron pensar que pudo usarlos para sedar a sus hijas. Sería complicado que unas niñas tan pequeñas tragaran unas pastillas. Habría que machacarlas y esos restos no se encontraron en los registros. Siendo tan descuidado pensaron que si hubiera usado los relajantes que él estaba tomando por la rotura de las costillas, tendrían que hallar en esa casa llena de basura los restos que demostraran la forma en que fueron administradas las pastillas. En la nevera también hallaron restos de un antialérgico de bebé que en dosis altas habría causado el mismo efecto sedante.

La juez dice que Anna y Olivia murieron en casa aunque no determina el mecanismo de la muerte. Y dice que su padre envolvió sus cuerpos en una toalla, al menos el de Olivia, y lo introdujo dentro de una bolsa de basura, en la bolsa de deporte que lastró con piedras de su casa. Luego con el ancla y la cadena lastró los dos petates aunque el de Anna apareció abierto y sin el cuerpo de la pequeña. Eso ocurrió entorno a las 22.30 sitúa la jueza.

Lo paradójico es que a esa hora la madre ya llevaba un rato en un cuartel de la Guardia Civil intentando que la hicieran caso. Había llamado a Tomas y él ya le había dicho que no volvería a ver a las niñas. Era la segunda llamada de Beatriz a sus expareja, a las 22 horas. En la primera a las 21 horas Tomás le había engañado con la excusa de cenar fuera con las niñas. Quería ganar tiempo para pasar por casa de sus padres, introducir a su perro y dejar las tarjetas de crédito, sin que aparentemente los padres de Tomás se dieran cuenta, y llegar al puerto. (Tomás había citado a Beatriz en la vivienda a través de un audio de Olivia, nadie entiende el motivo. El último audio de Olivia antes de morir).

En el cuartel de Radazul no saltaron las alarmas

En Radazul estaba ocupados con una agresión sexual, así que Beatriz se quedó en el patio del cuartel hablando por teléfono con Tomás. Volvieron a hablar a las 22.30 y a las 22.40. Según la juez, el guardia de la puerta del cuartel de Radazul llegó a intervenir a través del móvil de Beatriz. Fuentes de la Guardia Civil reconocen que el guardia habló con Tomás, con el altavoz puesto; a través del sin manos ese guardia escuchó a Tomás decir que estaba ya fuera de la Isla. Pero a pesar de reiterar que Beatriz no volvería a ver a las niñas, a Tomás no se les buscó.

La patrulla del servicio marítimo interceptó a Tomás

Tres cuartos de horas después la patrulla del servicio marítimo lo interceptó cuando volvía a puerto sin los petates. Y no tenían aviso para detenerlo. Beatriz esa noche no llegó a poner la denuncia. Tomás se quedó sin batería, ya no le localizaron y alguien pensó que al no tener convenio regulador no se podía poner una denuncia por secuestro parental y que la denuncia que pretendía poner la madre, no obstante, no era urgente.

También sorprende la revelación sobre la pareja de Tomas que a las 17.30 de la tarde ya supo que se marchaba porque abrió la nota con el dinero que le mandó. Tomás le llamó varias veces desde la lancha para despedirse, igual que se despidió de su padre y amigos. La novia según la juez incluso le habló de que esas niñas necesitaban a su madre. Al padre le dijo que necesitaba eso y por fin tenía lo que quería. Habló con Beatriz pero le llamó ella y él se explayó hablando del matrimonio y de su relación. No paró de hacer llamadas y enviar mensajes. Por eso había vuelto a puerto a por un cargador. El último mensaje del móvil fue a las 2.27. Pero nadie reaccionó hasta el día siguiente.