Detenida la responsable de una guardería de Fuenlabrada, Madrid, por presuntamente vejar a los niños y obligarles a comer sus vómitos

  • La Policía Nacional ha detenido a la responsable de una guardería de Fuenlabrada por presuntamente vejar a los niños del centro

  • Presuntamente les gritaba e insultaba, se burlaba de ellos, les obligaba a comer sus vómites e incluso les llegó a pegar en brazos y manos

  • Ha sido detenida por un delito contra la integridad moral y otro de torturas

La responsable de una guardería de Fuenlabrada, en Madrid, ha sido detenida por la Policía Nacional por presunto trato vejatorio a los niños que asistían al centro, a los que gritaba, insultaba y trataba con desprecio, llegando incluso a obligarles a comer sus propios vómitos, según confirma Europa Press citando fuentes policiales.

La investigación inició a mediados de octubre, cuando la sección UFAM, las Unidades de Atención a la Familia y Mujer, de la comisaría de Fuenlabrada recibieron una denuncia de la Fundación ANAR tras las quejas de varios padres sobre la directora del centro, la Escuela Infantil 'Genios en Pañales', ubicada en la calle Claveles número 24 de Fuenlabrada, en el barrio Vivero-Hospital.

Insultos, burlas y maltratos: la detenida, de 51 años, vejaba a los niños de la guardería

La detenida, responsable de la guardería, es una mujer de 51 años que no tiene antecedentes penales. Según pudieron averiguar los agentes, a través de la toma de testimonios y diversas grabaciones policiales que constataban la presunta vejación a la que sometía a niños de 0 a 3 años, además de insultarles, gritarles, y obligarles a comer sus propios vómitos en caso de que devolviesen, también llegaba a burlarse de sus llantos, alimentarles a la fuerza e incluso pegarles en brazos y manos y encerrarles en el cuarto de baño, tal como recoge Europa Press.

Detenida por un delito contra la integridad moral y otro de torturas: ella niega todo

Gracias a la investigación y las grabaciones realizadas, la mujer fue arrestada el 29 de octubre por un delito contra la integridad moral y otro de torturas. Ella, sin embargo, lo ha negado todo y ha atribuido la denuncia a una trabajadora despedida.

Tras pasar a disposición judicial, quedó en libertad con cargos.