Antonio Belmonte es un joven de 19 años albaceteño con un mérito extraordinario. Padece autismo, pero su discapacidad no le ha impedido obtener un Grado Profesional de música, en el conservatorio.
Toca, desde pequeño, más de diez instrumentos, en especial el contrabajo. Antonio tiene lo que llaman oído absoluto, una cualidad de la que muy pocas personas pueden presumir.
Es el punto en común que tienen Antonio y Mozart, la capacidad de reconocer cada nota, cada acorde. Su oído absoluto solo lo posee una de cada 10.000 personas en el mundo.
Un don extraordinario que deleita a quien lo escucha, y que para este joven albaceteño, es su forma de comunicarse.
A los dos años le diagnosticaron trastorno del espectro autista, a la vez que mostraba un interés especial por cualquier instrumento. Los afinaba como un auténtico profesional a la tierna edad de 5 años. Ahora con 19, domina una decena.
Con los instrumentos compensa su dificultad verbal, y con ellos espera tener un brillante futuro profesional. De momento, a base de esfuerzo, voluntad y un trabajo extraordinario ha logrado todo un hito.