La intervención en un mitin de la Ministra de Igualdad, Irene Montero, ha abierto una nueva polémica por el uso del llamado inclusivo, que cuenta con tantos defensores y defensoras, como críticos y críticas. Montero dijo :“hijo, hija, hije” y “niño, niña, niñe”. También habló de "uno, una, une" o "escuchados, escuchadas, escuchades".
Los términos provocaron toda clase de comentarios entre sus rivales políticos: PP, C's y Vox que cayeron en tromba sobre las palabras de la ministra de Igualdad por el discurso, que pronunció en un acto de precampaña sobre derechos LGTBI. También en las redes, ese nuevo juzgado popular, donde todos opinamos, criticamos, insultamos y demás.
El lenguaje inclusivo que defiende Montero divide a políticos, escritores y lingüistas: Algunos creen que es el correcto porque la lengua debe ser sensible a los cambios sociales, mientras otros creen que la ministra ha llevado al extremos el uso del "lenguaje inclusivo".
La Real Academia Española de la Lengua lo ve innecesario. y otros expertos de la Lengua Española así lo expresa defendiendo que "el masculino genérico, dice, ya cumple esa función".
Las formas desdobladas de este inclusivo que defienden muchas feministas aparecen en este libro de Geografía e Historia de Segundo de Bachillerato, en Andalucía. El escritor Pérez Reverte lo ha criticado con el talante que lo precede llamando a idiotas a los autores de esta redacción.