La situación es desesperante entre las familias españolas atrapadas en Ucrania con sus bebés nacidos por gestación subrogada. A algunas les han caducado los visados y el gobierno ucraniano no tiene intención de ampliarlos, temen tener que volver a España y dejar a sus hijos en el país.
El 21 de febrero el Gobierno español cambió la norma de registro de los niños en el Consulado de Kiev con la prueba de ADN e instó a los jueces ucranianos a reconocer la filiación. Un trámite nuevo que las autoridades de ese país no contemplan. Madrid permitió la inscripción de 39 nacidos poco antes y cerró el cupo.
Los niños nacidos después de la modificación siguen sin pasaporte y sus padres siguen peleando en las puertas de la Embajada para reivindicar las gestaciones diplomáticas prometidas que les permitan volver a casa.