La identidad de la víctima fue publicada en las redes sociales y algunos medios digitales después de que el pasado 26 de abril la Audiencia de Navarra remitiera la sentencia. En ella, no aparecían los datos personales de la joven, que posteriormente fueron difundidos. Por ello, el abogado de la mujer presentó una denuncia.
La policía encargada del caso identificó que la identidad había sido difundida a través de dos ordenadores con dos direcciones IP distintas, una de ellas vinculadas a un servidor extranjero. La otra, en cambio, correspondía a un ordenador del distrito barcelonés de Horta-Guinardó, aunque al entrevistar a la dueña, los agentes descubrieron que tanto ella como su marido no tenían nada que ver con el caso.
El responsable es el vecino de esta. Un hombre de 40 años, soltero y que vive con su padre. El varón habría utilizado la conexión wifi de la casa contigua para difundir los datos. Además de él, otros 18 hombres contribuyeron a hacer pública la identidad de la joven en primera instancia.