Jordi Sánchez ha sido uno de los rostros más populares en sufrir el coronavirus. En su caso comenzó a sentirse mal en un viaje de Barcelona a Madrid y tras siete días de fiebre alta decidió llamar a una médico amiga. "Me dijo que fuera al hospital", ha relatado en LaSexta Noche, añadiendo que fue una ambulancia a por él. "Todo fue muy rápido", ha recordado. "Llegué y me dijeron: "Te vamos a intubar, si quieres llamar a alguien...". Así que llamé a la familia y desperté 24 días más tarde". No es malo recordar estas palabras ahora que volvemos a ver los botellones y las restricciones se relajan de cara al verano. De ignorantes ha tachado el actor a los que niegan la existencia de la enfermedad.
El actor, de 57 años y conocido por múltiples papeles cómicos, cono el de Antonio Recio en 'La que se avecina', ha recordado que cuando recibió el alta, fue tal su felicidad que se fue con la vía puesta y tuvo que regresar para que se la retiraran.
Tras 24 días en coma inducido y diez más ingresado, el catalán celebra de nuevo la vida y el empezar de cero en casi todo. Sin embargo, de tener que estar con una sonda y luego a base de papillas, el actor de 'LQSA valora más que nunca estar con la familia y amigos. "Cuando me desperté del coma, no podía escribir ni andar. Tardé cinco días en empezar", ha confesado Jordi Sánchez y por eso se entiende que ahora cada detalle cuente mucho más para él.
El popular mayorista en 'LQSA' ha traslado el mundo surreal de la urbanización de Montepinar a un libro de relatos. Con 'Nadie es normal', el actor y dramaturgo reúne decenas de historias cotidianas, reflexiones vitales y anécdotas sobre su profesión protagonizadas por disparatados personajes en donde el humor, la ironía y dosis de verdad se dan la mano. Tras presentar su libro, el actor tiene otro proyecto entre manos: su debut como guionista y director en un largometraje que tiene por nombre 'Alimañas'.