Si antes la mayoría de jóvenes italianos preferían realizar trabajos más urbanos, pero ahora la necesidad obliga con una tasa de desempleo que se ha disparado un 10% en los últimos meses.
El estudio revela que la cifra revela no solo la incorporación de chicos que siguen los pasos de un padre vinculado a esta actividad, sino que en buena medida se trata de chicos que eligen una vida relacionada con los animales y la naturaleza.
Los datos son reveladores de la nueva tendencia: Davide Bortoluzzi, 25 anni y con un título de delineante pensaba entrar en el estudio de arquitectura de su padre, pero eligió lo que siempre había soñado: tener su propio rebaño de ovejas.
Su inversión no ha sido un coche de lujo, sino mulos, perros, 500 ovejas y su convicción de ser un pastor profesional.
En su sueño lo acompaña algunos días su novia, una modelo que compruebe que ser pastor gusta.
El sector está de enhorabuena con esta incorporación de sangre joven, porque el abandono del pastoreo hacía predecir la desaparición de productos típicos con una tradición milenaria, como el 'pecorino' y el rescate de la producción de lana.