"Cuando se llevaban 42 metros de tubería se apreciaron unas habituales discontinuidades Esto provocó que se volviera a reperfilar y perforar de nuevo. Como el tiempo es clave, se decidió que tras la perforación se hiciera el encamisado. Ahora se está eliminando estas discontinuidades y se colocará el encamisado y luego quedarán cerca de 18 metros más. El objetivo es que los mineros asturianos tengan seguridad y evitar cualquier desprendimiento de tierra", ha sido el resumen del responsable del rescate, Ángel García, delegado del Colegio de Ingenieros de Málaga.
Alfonso Gómez de Celis, delegado del Gobierno, ha enunciado que la situación es extrema e inédita para llegar a Julen. La zona es inaccesible y el trabajo es novedoso. Es extrema por la urgencia y la necesidad de no generar daño a un pequeño que ha sufrido una caída tan alta como la Giralda de Sevilla, siempre se ha tenido esa idea en la cabeza. Se ha tenido la delicadeza necesaria para intentar evitar los daños. Ha pedido también que no se añada más presión a la gente que está trabajando.
Estamos hablando de más de 40.000 toneladas de tierra, una magnitud de trabajo que indica que en circunstancias normales tardarían meses en realizar el mismo trabajo. La disposición del terreno tampoco ha ayudado. Los expertos ya han dejado claro que el lugar no es uniforme, otra dificultad más, junto con la variabilidad de la disposición de las rocas.
"Muchos hombres y mujeres de manera denostada, sin descanso en 24 horas, están intentando llegar a Julen. Con un equipo excepcional, técnicamente, también, porque se ha preguntado si necesitaban algo más y no, está todo aquí en Totalán.
Celis ha dado las gracias a los bomberos de Málaga, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que han dado toda la cobertura necesaria. Y también a los mineros que están aquí esperando para hacer su tarea, a la Junta de Andalucía y a los vecinos y psicólogos.
La realidad es que hoy ha sido un día negro en el rescate de Julen. Los ánimos empiezan a decaer después de que durante todo el día las noticias hayan frenado los monumentales esfuerzos de las 300 personas que están trabajando en el rescate. A primera hora de la mañana se comprobaba que el túnel vertical presentaba desviaciones por lo que que se complicaba su revestimiento. Un error de cálculo y el hecho de que la perforadora no es precisa había sido la causa. Para que los mineros asturianos pudieran bajar a sacar a Julen era necesario, por seguridad, que el túnel estuviera encamisado, es decir, revestido. Eso provocaba un parón.
Horas más tarde se sabía que los tubos se habían quedado atascados en los 40 metros. Ante el riesgo de que puedan quedar atascados, se decidía sacarlos para preservarlos en perfecto estado. Se barajaron varias opciones para reconducir la situación y se optó por la más segura: se rellenaría el pozo con tierra fina y se volvería a perforar con un engrosamiento un poco mayor. Es decir, más tiempo. Al menos una frase ha resonado en la rueda de prensa. "Cada vez sentimos que estamos más cerca de Julen. No duden que seguiremos apostando por la solución que ideamos y esperemos que dé sus frutos muy pronto".