"A bordo en la mar a 5 de abril de 2018. Navegando en demanda del puerto de Montevideo (Uruguay) en situación 30º 28 S 04,6º 15 W a las 12 horas". Así comienza el mensaje que dos guardiamarinas del Juan Sebastián de Elcano introducían en una botella, y lanzaban al mar en esa travesía de instrucción, un año antes de que se declarase la pandemia. El pergamino lo firmaban ambos, y en él pedían a quien lo encontrase que se pusiese en contacto con el buque escuela.
Una vieja tradición marinera que se utilizaba para el estudio de las corrientes marinas, ahora sustituida por las nuevas tecnologías, pero que sigue presente a bordo del Elcano. Eso sí, `oh tempora, o mores´, el mensaje ofrecía la posibilidad de que ese contacto, además de por la tradicional carta, se efectuara por correo electrónico.
Tres años después una pareja realiza una escapada a una playa al norte de Brasil, a casi mil millas del punto en que los dos guardiamarinas arrojaron su mensaje. Sobre la arena, tropicalmente blanca, una botella verde llama su atención. su boca está llena de algas y conchas marinas. El mensaje ha llegado a su destino, pero antes de leerlo, toca hacerse, cómo no, un selfi.
"Militia est vita hominis super terra". El mensaje termina con esta frase bíblica (Job, 7, 1), que se puede traducir por un "La vida del hombre sobre la tierra es lucha", y un "Dios guarde a Vd. Muchos años".