Desde la clínica Barraquer han alertado ante su primer caso de lesiones irreversibles por un puntero láser. Los oftalmólogos explican que la luz del láser de gran potencia alcanzó la retina y la paciente, de 37 años, ha perdido el 60% de la visión del ojo de un día para otro.
El láser ha dañado de forma permanente la parte de la retina que enfoca. Ahora la mujer ve borroso y ni siquiera se atreve a conducir. Los médicos le han dicho que con el tiempo la cicatriz que ahora tiene en la retina crecerá y seguirá perdiendo visión.
El marido de la paciente compró tres punteros láser durante un viaje a Shanghai en una céntrica plaza. Una día los encendieron en casa y aunque no le dio directamente en el ojo, al día siguiente se levantó con la visión completamente dañada. La mujer se alegra de que le pasara a ella, porque sus hijos estaban por la casa cuando usaron los punteros.
Lamenta que los punteros no tenían ninguna advertencia alguna. De hecho muchos de estos punteros, con potencia excesiva, se venden en los bazares chinos y por Internet sin control alguno.
La Sociedad Oftalmológica de la Comunidad Valenciana (SOCV) advierte de la comercialización de estos punteros de gran potencia está restringida por ley a usos profesionales y que cuando se compran por Internet muchas veces no se explica al usuario de su peligrosidad.
La luz láser se clasifica en cuatro clases: de la tipo 1, de menor potencia, a la clase 4, que es peligrosa y puede conllevar pérdida de visión, por lo que su uso precisa "extrema precaución". "El umbral de peligrosidad del haz láser se sitúa en 5 mW, y todos los productos que exceden esta potencia pueden provocar graves lesiones", según explica la SOCV.