El propio presunto asesino, Nicolás Gil Pereg, denuncio las desapariciones de su madre y tía, lo que despertó las sospechas por parte del cuerpo policial. “Había una falta de empatía total, no se le notaba compungido por la búsqueda de su madre y de su tía cuando iba a declarar”, declara el jefe de Homicidios de la provincia de Mendoza, Fernando Guzzo.
De acuerdo a Guzzo, las acusaciones en contra de Nicolás Gil Pereg se respaldan en las pruebas que se han ido recogiendo durante las investigaciones. A esto se le suman las evidencias de ADN realizadas a las marcas de sangre halladas en ropa y en bolsas de cemento que había en el lugar.