La familia de Natalia, feliz tras encontrar a la joven, pide respeto y "un tiempo para su intimidad"

  • "Se encuentra un poco desorientada, pero bien"

  • La familia pide "tiempo para recuperar la calma"

  • La estudiante Erasmus ha aparecido en un hospital de París

Ha sido una semana de búsqueda angustiosa desde que el pasado miércoles 1 de mayo Natalia Sánchez Uribe, joven de 22 años natural de Granada, despareciese en París, donde se encontraba estudiando con una beca Erasmus. Hoy, felizmente, la mejor de las noticias se confirmaba: la estudiante ha sido localizada sana y salva, aunque un poco desorientada. La encontraron deambulando por una calle de la capital francesa y de inmediato la llevaron a un hospital.

Eran las propias autoridades locales las que anunciaban la noticia, dando así fin al dispositivo de búsqueda en torno a una desaparición que la propia Fiscalía francesa definió de “inquietante”.

“Se encuentra un poco desorientada, pero bien”

“Muy contentos” tras “muchos días” sin saber de ella, hoy los familiares de la joven respiran felices y aliviados. “Ella se encuentra un poco desorientada, pero bien”, han especificado. “No estábamos a gusto con la situación; eran muchos días y una situación muy rara”, ha dicho un tío de Natalia.

La familia pide respetar su intimidad

En su Granada natal, y especialmente en la localidad de Baza, todos han recibido la buena noticia “muy emocionados” tras confirmarse que la estudiante está bien. Ahora, la familia, que ha agradecido a los medios de comunicación y las personas interesadas la “solidaridad” con el caso, tal y como informa la Fundación Quién Sabe Dónde Desaparecidos, ha pedido “un tiempo para su intimidad y recuperar la calma”, solicitando respeto, que “no se difundan datos o imágenes de sus redes sociales” y que “se eviten hipótesis o especulaciones gratuitas”.

La desaparición

Natalia desapareció el 1 de mayo cuando apenas le quedaban dos semanas para volver a Barcelona, donde residía y estudiaba Economía en inglés, en la Universidad Autónoma. Estaba terminando un curso en la universidad parisina de La Soborna. El día de su desaparición estaba llevando a cabo una mudanza para dejar el domicilio en el que había residido desde entonces, donde acababa contrato. Iba a marcharse a casa de una amiga española, y de hecho llegó a llevar dos maletas allí antes de decirle a ésta última que se marchaba para recoger una tercera. Pero después no regresó.

El 2 de mayo había quedado con el dueño de la que era su residencia para la entrega de llaves, pero tampoco llegó a presentarse. No había pistas sobre su paradero y se iniciaba así una búsqueda contrarreloj que inquietaba a las autoridades locales.

Ayer encontraban su teléfono móvil y su mochila con su ordenador junto a un parque próximo a la universidad en la capital francesa, al tiempo en que, en paralelo, la preocupación se acrecentaba debido a varios mensajes que la joven había publicado en las redes sociales.

Hoy, dicha preocupación se ha resuelto con el mejor final. La joven se encuentra ya localizada y arropada por su familia.