Eran una mutinacional del tráfico de hachís. La formaban lo mejor de cada casa. Un español de origen marroquí considerado uno de los narcotraficantes más destacados que operaban entre Marruecos y las costas andaluzas, sus socios en Cádiz, Almería y Málaga y, para que no faltara de nada, un ciudadano de nacionalidad italiana buscado por las autoridades de ese país por su pertenencia a la Camorra Napolitana.
Todos juntos, todos trabajando en el transporte de grandes cantidades de hachís desde Marruecos a nuestro país, para posteriormente distribuirlo a distintos países europeos. Todo les iba bien hasta que a mediados del año pasado la Guardia Civil de Málaga los pone en su radar. Los investigadores averiguan que están estableciendo contactos para introducir un gran cargamento de hachís por vía marítima.
Los meses pasan. la vigilancia sobre la organización continúa, hasta que hace unos días los agentes tienen constancia de que el alijo ya ha llegado y la banda se prepara para su distribución. Domingo 25 de abril. La banda se reúne en la localidad gaditana de Conil de la Frontera para realizar el intercambio. La Guardia Civil les cae encima. Detienen a varios de sus miembros. Se intervienen cinco toneladas de estupefaciente.
En paralelo, se llevan a cabo registros en las localidades malagueñas de Marbella y Estepona, donde se producen más detenciones, y se intervienen más de 200.000 euros en metálico, joyas, vehículos y abundante material informático, de interés para la investigación. Ocho personas han sido puestas a disposición judicial por estos hechos, decretándose prisión incondicional para seis de ellas. La operación `Busycon´ ha terminado