Un policía de Sevilla no se dio por vencido hasta atrapar a los dos menores que se dedicaban a arrojar piedras desde un puente sobre los vehículos que circulaban por la autovía de circunvalación SE-30, en la capital andaluza.
La persecución comenzó cuando el policía, desde su vehículo, localizaba a los jóvenes: “¡Estos son, estos son!” se escucha le escucha decir, atendiendo a las imágenes grabadas por la cámara policial. Como si de una película se tratase, la grabación muestra cómo el agente se baja del coche y sigue a pie hasta encontrar una bici en la que se subió para acortar distancias. Así fue. Al final logró coger a ambos.
“Tranquilos. ¿Tenéis toda la documentación?”, les pregunta el agente. Los dos fueron detenidos.
No es la primera vez que los conductores se encuentran en ese lugar con piedras cayendo de los puentes: “A mí me ha dado en el casco y me ha partido la visera. Tiran petardos y cualquier cosa”, cuenta un motorista.
Para ellos, los dos arrestados, pudo ser una travesura, pero sus actos pudieron provocar un accidente sumamente grave.