Frente a la técnica más rudimentaria de copiar y pegar un breve texto en la barra del buscador y ver lo que sale, hay sofisticados programas informáticos capaces de casar el estilo único de un autor en cada uno de sus textos.
Los expertos en esta disciplina aseguran que existen 942 formas diferentes de decir que alguien nació en un sitio determinado, y que lo habitual en el plagio son las sustituciones léxicas y la eliminación de fragmentos del texto, con lo que las frases copiadas son más cortas que las originales.
En España, a diferencia de otros países, no hay ninguna regulación fija que controle el plagio universitario, literario o, incluso en los medios de comunicación.
El método más simple es rastrear en los buscadores fragmentos de texto de la obra investigada para casarlo con los datos que nos devuelva el navegador. Su inconveniente es que las bases de datos no suelen incluir material propio de las universidades.
También hay programas especializados como los citados antes que analizan el estilo de una obra o un autor y lo casan con textos sospechosos.
Las universidades españolas confían este control de calidad de sus textos a programas informáticos que se basan en técnicas de inteligencia artificial para ganar en éxito, rapidez, extensión y fiabilidad.
Así, la Universidad Complutense de Madrid y la de León trabaja, con el programa Turnitin mientras que la universidad de Barcelona ha seleccionado la aplicación danesa, Urkund.
La aplicación Turnitin, es utilizada actualmente por más de millón de usuarios en todo el mundo y permite comparar un texto con una base de datos de más de 40.000 millones de webs, 127 millones de libros, periódicos y revistas, además de 300 millones de trabajos creados por otros estudiantes. Todo ello en 18 idiomas distintos.
Hay lugares en los que su uso es prácticamente obligatorio como en Estados Unidos y en otras zonas como Iberoamérica "está experimentando un enorme impulso".
La aplicación sirve como elemento de disuasión ante el plagio y garantiza la justa valoración de los trabajos y tareas, lo que "contribuye notablemente a mejorar el proceso de aprendizaje.
La aplicación danesa Urkund está implantada en más de 60 países del todo el mundo. El programa funciona de forma automática.Su uso esta regulado por un organismo central de una determinada organización, como puede ser una universidad, que se encarga de su disposición a los alumnos.
Para poder realizar la revisión de un documento será necesario que el usuario solicite un permiso para la utilización al organismo rector; después, podrá continuar con el análisis del trabajo.
Una vez finalizado el proceso se genera un in informe que se envía al profesor para que pueda determinar si efectivamente ha ocurrido plagio.