La soledad del último adiós: el protocolo tan duro y frío que envuelve los entierros en tiempos de coronavirus

  • Solo se permiten tres personas en el cementerio

  • Los psicólogos prevén duelos de alto riesgo

"Las llaman rosas eternas, la tiene mi hija hace tiempo y ha querido que se la pongamos a su abuelo como ella no puede venir", son las palabras de la hija de Luis, acompañada de su madre. Solo tres personas en el cementerio. Un protocolo tan frío que resulta deshumanizado. En los cementerios un coche fúnebre se aleja y ya llega el siguiente, sin tiempo para las despedidas. Familiares sin contacto, con mascarillas y guantes, solo los ojos a la vista.

Sonia despidió a su padre desde la ventana de su casa, "le pedí a la funeraria si por favor me podía acercar el coche fúnebre vi la caja, una despedida dura, desde luego", cuenta. Juan pudo ver a su mujer, a Isabel, por última vez, pero sus hijos no, despedidas donde los abrazos, tan necesarios, a veces son irremediables, como cuenta Juan, "tenía un familiar en el hospital, él no pudo aguantar y se fundió en un abrazo, ha sido el único abrazo que he tenido" el único abrazo a parte del de sus hijos o su cuñada.

Listas de espera interminables para los entierros, para las incineraciones, sin fecha y un sentimiento que se repite: el de la soledad.

Psicólogos prevén duelos de alto riesgo

Psicólogos valencianos advierten de duelos de alto riesgo como consecuencia de no poderse despedir de los seres queridos ingresados en UCI por coronavirus o en un sepelio y recomiendan exteriorizar el dolor para poder superarlo: "La naturaleza es sabia y las lágrimas están para algo".

Así lo ha puesto de manifiesto el decano del Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunitat Valenciana, Francisco Santolaya, en una entrevista concedida a Europa Press para analizar y dar consejos sobre cómo superar el duelo de familiares a los que no se les puede dar el último adiós como consecuencia de las restricciones adoptadas por el Gobierno en esta situación de pandemia provocada por el Covid-19.

Estas medidas gubernamentales y sanitarias contemplan restricciones en el acceso de familiares o amigos respecto de una persona que se encuentre en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por coronavirus, y limita a tres familiares los acompañantes de un fallecido en un entierro.

Los sentimientos de tristeza y de angustia, ha explicado Santolaya, suelen ser normales cuando existe la pérdida de un ser querido, y para superarlos hay que pasar por una serie de ritos de carácter fúnebre que, con el tiempo, ayudan a aceptar esa pérdida.

El "problema" es que durante esta pandemia no existe un proceso "normal" de duelo, puesto que "no hay un acompañamiento de la familia ni tampoco un contexto de apoyo", ha puntualizado. Esto provoca que puedan aparecer "duelos de alto riesgo", es decir, "duelos complicados que pueden dar lugar a patologías de carácter depresivo o de un sentimiento de sufrimiento emocional importante", ha expresado.

"Normalmente hay una serie de fases para pasar un duelo considerado normal", ha explicado el especialista, y ha nombrado la negación, el bloqueo inicial, una fase de tristeza, de enfado y un proceso final de aceptación.