Lo más importante es que te adelantes a la situación previa a la congelación. Para evitar que el parabrisas se congele tras una noche helada, tendrás que cubrir el cristal delantero con una manta gruesa sobre el cristal y dejarla sujeta con las puertas cerradas. Parece algo un tanto cómico, pero funciona. El portal web News Republic recomienda utilizar también cartón o papel de periódico.
En caso de que tu coche ya tenga hielo porque no hayas podido evitarlo, tendrás que ver cómo deshacerte del él para conseguir visibilidad perfecta. Lo primero que tendrás que hacer será vaciar el depósito de limpiaparabrisas y rellenarlo de nuevo con este líquido además de anticongelante. De este modo, no se creará una capa cuando el líquido salga durante la conducción.
A continuación, deberás poner en marcha el coche, conectar la luneta térmica y la calefacción, colocando todo hacia el parabrisas. Pero, ¡ojo! Ten cuidado cuando hagas esto, ya que la diferencia de temperatura puede romper el parabrisas. Hazlo tranquilamente evitando los cambios bruscos de temperatura.
En caso de que la capa de hielo sea fina, puede quitarla con una tarjeta de plástico. Es recomendable que no lo hagas con la de crédito, ya que puede estropearse. Coge una a la que no le tengas mucho apego para retirar bien la capa. También podrás raspar con una espátula de plástico. La combinación de esto con anticongelante es lo más recomendable.