La reválida de 6º de Primaria ha sido calificada desde Educación como una prueba de “diagnóstico” integrada por 200 preguntas de las cuales el 40 % serán de tipo test. Evaluará competencias en lengua, matemáticas, ciencias e inglés con 50 preguntas por apartado.
Los alumnos dispondrán de entre 5 y 8 minutos para responder al cuestionario oral, un apartado que se podrá realizar a través de entrevistas individualizadas, entrevistas en parejas o en pequeños grupos.
Según consta en una nota del ministerio, la comprensión y expresión oral tienen, el 35 % del peso en la nota, mientras que la comprensión y expresión escrita cuentan el 65 %. En Inglés, lo oral cuenta el 40 % de la nota y lo escrito, el 60 %.
Más allá de los datos técnicos, su implantación está enfrentando a las comunidades autónomas con el Gobierno central. Seis regiones (País Vasco, Cataluña, Navarra, Canarias, Cantabria y Castilla-La Mancha) ya anunciaron que no realizarían esta prueba de nivel y Extremadura la mantiene en suspenso a la espera de adoptar una decisión final. La mayor parte de ellas la han recurrido ante el Tribunal Supremo por considerarla inadecuada.
El resto de autonomías, incluidas Ceuta y Melilla, realizarán la reválida en un calendario que variará según decisión de cada consejería ya que es a ellas a quienes corresponde fijar las fechas de los exámenes.
Las asociaciones de padres y madres de alumnos agrupadas en torno a la CEAPA y CONCAPA mantienen posturas opuestas sobre la prueba. La Confederación Católica de Padres y Madres de Alumnos cree que la reválida de 6º es “importante” y “necesaria” al tiempo que servirá para «introducir transparencia» en el sistema educativo español. Un criterio que choca con el mantenido por la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos que tras calificar el examen de “neoliberal “ y “segregador” ha exigido al ministerio su retirada por desconocer las consecuencias que los resultados tendrán para alumnos y profesores.
Crítica pedagógica
Algunos pedagogos ya han criticado la recuperación de antiguos criterios evaluadores ya superados y que clasificarán los resultados en Primaria a partir de "insuficiente", "suficiente", "bien", "notable" y "sobresaliente", mientras que tanto en la ESO como Bachillerato la puntuación será numérica de cero a diez (siendo cinco el aprobado).
También señalan que a lo largo del curso, tanto profesores como alumnos dedican todo su esfuerzo a preparar la prueba dejando de lado otros contenidos curriculares vitales para el desarrollo formativo de los jóvenes.
El propio formato de la reválida genera dudas y críticas entre los expertos. Creen que los centros adaptarán sus esfuerzos al tipo de examen al que se enfrentan descartando el pensamiento crítico y la búsqueda autónoma de conocimientos.
¿Cómo se calculará la media de ESO y Bachillerato con la LOMCE?
En el marco de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) se establece que la nota al terminar la ESO será la media entre las calificaciones obtenidas en las materias cursadas (que contarán un 70 por ciento) y la evaluación a través del examen final (que contará un 30 por ciento). En el caso de Bachillerato, la ponderación es diferente: 60 por ciento las materias cursadas y 40 por ciento el examen final, al igual que ocurre en la actual Selectividad.
¿Se puede hacer la prueba final con asignaturas suspensas?
Para poder presentarse al examen final los alumnos de la ESO sólo podrán tener dos asignaturas suspensas, siempre que no sean ni Lengua Castellana y Literatura ni Matemáticas a la vez. Por su parte, los de Bachillerato deberán tenerlo todo aprobado.
¿Cuándo se pone en marcha el sistema y se acaba la Selectividad?
Según consta en la ley, la forma de poner en práctica las pruebas finales es la siguiente: la primera evaluación final de Primaria se hará en 2016, la de la ESO en 2017, aunque no tendrá efectos académicos y en ese curso habrá una sola convocatoria; y la de Bachillerato llegará también en 2017 con dos convocatorias, aunque en su caso se tendrá en cuenta sólo para acceder a la universidad pero no para obtener el título, es decir, ese año será el primero sin Selectividad.
¿Qué pasa si se suspende la prueba final?
Los alumnos tanto de ESO como de Bachillerato tendrán varias oportunidades para aprobar la prueba del examen final y también podrán subir nota siempre que lo soliciten, quedándose al final con la calificación más alta. Estarán obligados a presentarse de nuevo sólo a los exámenes de las asignaturas que hayan suspendido, y serán ellos los que decidan si quieren repetir algún examen más.