La ventana que, a menudo, dejaba salir los gritos de la pareja ha sido la misma por la que evacuaban al hijo de la mujer agredida.
Ella tiene tres puñaladas. El chico de 28 años nueve heridas en el tórax. Su estado es grave y sacarlo por las escaleras era arriesgado. “La escalera es muy estrecha y el tipo de herida, que es un apuñalamiento en la zona de las costillas, estaba muy complicado”, aseguran los servicios de emergencia.
El joven se interpuso en la pelea, una más de las tantas que habían escuchado los vecinos.
La mujer, de 51 años, llevaba tiempo viviendo con su presunto agresor, un camerunés de 24 años. Los problemas eran evidentes en ella. Hace un año él ya había sido investigado por un caso de violencia de género.