Son más liberales que sus padres y sus abuelos, mantienen relaciones sexuales esporádicas con mayor frecuencia y antes, a partir de los 14 años, señalan los expertos. El debate sobre como compaginar esa mayor libertad sexual con el respeto se encuentra sobre la mesa. Una discusión que no es nueva en otros países como Estados unidos, donde 2015 nacieron aplicaciones móviles para consentir de forma expresa.
En este debate también se encuentra la delimitación del coqueteo del acoso, del abuso o de la agresión sexual. Porque los sexólogos apuntan que los jóvenes tienen que reeducarse en este ámbito. Mientras, los juristas señalan las diferencias a nivel legal: "En cuanto la otra persona ya te está diciendo no, eres un pesado o déjame, ya es acoso. Cuando ya hay un tocamiento sin consentimiento ya es abuso". Una línea muy fina apuntan los expertos en la que no todo vale. Es decir, una línea marcada por el respeto mutuo.