Seis meses de cárcel a un cardiólogo por intentar grabar en la ducha a una médico residente en Valencia

Un cardiólogo ha sido condenado a seis meses de cárcel y a pagar una multa de 3.600 euros por un delito contra la intimidad en grado de tentativa. Así lo ha ratificado el Tribunal Supremo (TS), tras la sentencia de la Audiencia de Valencia.

Los magistrados han desestimado el recurso que presentó el hombre y han avalado la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que falló en anterior instancia igualmente en contra del acusado.

Tanto él como la víctima trabajaban en un hospital valenciano. El escrito judicial recoge que los hechos ocurrieron en 2019, cuando durante una guardia el médico preguntó a una joven que ocupaba su plaza de MIR si iba a ducharse.

El personal sanitario utilizaba un baño común. Ella respondió que sí y él le pidió que antes le dejase entrar. Era un pequeño aseo con un lavabo, un inodoro y una ducha separada del resto por un tabique y una puerta traslúcida.

En 20 folios, consta cómo el hombre instaló un teléfono móvil tras la rejilla que cerraba un hueco de ventilación con la finalidad de captar imágenes de quien lo usara después. Tapó las partes más brillantes del dispositivo con tinta negra, con unos trozos de papel o cartón del mismo color.

Estuvo hasta 15 minutos dentro. Salió y dio permiso a la médico residente para que entrase. Sin embargo, ella desconfió de su actitud, también por unos comentarios anteriores que le había dirigido. Así que optó por examinar el lugar.

Descubrió el "plan" del cardiólogo

Fue así como descubrió que la rejilla estaba abierta y que detrás estaba el teléfono ocultado. "Urdió un plan con la finalidad de lesionar la intimidad" de la víctima, aseguran los magistrados, sin estimar los argumentos del cardiólogo.

Este explicó que su objetivo era comprobar que podían captarse imágenes de la repisa del lavabo. De este modo, descubrir a quien, días antes, había sustraído del baño varias pertenencias.

Pero, en la resolución, el tribunal ha indicado que los hechos probados llevan a concluir que lo que pretendía el cardiólogo era "captar imágenes" de la joven "mientras se duchaba". A su juicio, esta conclusión se presenta "no solo como la hipótesis más altamente probable".

"Sino que, además, sitúa a la hipótesis defensiva del recurrente en un territorio de irrelevante posibilidad fenomenológica", añade el TS. El acusado admitió ante la joven que el teléfono era suyo, pero le quito restar importancia diciendo que era una "tontería", una "chiquillada".

Incluso le pidió que no le denunciara, sin éxito, porque acudió a la Policía. Los agentes examinaron parcialmente el móvil porque estaba bloqueado y ninguna de las claves que proporcionó el hombre permitió su desbloqueo.

No se hallaron pruebas de si había grabado a otras mujeres del hospital. Tampoco hubo "acreditación" de que alguien se hubiese llevado las pertenencias que mencionaba el cardiólogo. "Es imposible identificar una relación posible", concluye el fallo.