Testimonios DANA

El reparto de comida en la zona DANA sigue diez meses después: "Vienen personas que no lo hacían por vergüenza"

Vecinos esperan el reparto de comida a la puerta del local de la Asociación Estem. Telecinco.es
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En un pequeño bajo comercial de Catarroja, decenas de personas hacen cola en la puerta con bolsas y sus carros de la compra. Han pasado 309 días desde que la DANA golpeó a la provincia de Valencia y en lugar de disminuir ha aumentado el número de damnificados que acuden a este local a pedir comida y productos básicos de higiene y limpieza.

De las 190 familias a las que asistían hace dos meses han pasado a más de 250. "Vemos personas que no venían por orgullo o vergüenza que ahora vienen. Han estado esperando las ayudas del Gobierno y no han llegado, otros esperaban los pagos del Consorcio de Seguros y no les han pagado. Nosotros vamos a seguir aquí hasta que la gente nos necesite", asegura Adriana de la Asociación Estem, que gestiona este reparto, que explica que "también vienen familias que estaban viviendo en otras localidades y que ahora han vuelto a sus casas que siguen sin reformar y nos piden ayuda".

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Es el caso de Fernando, que aunque no quiere mostrar su identidad, y que durante meses se ha resistido a pedir esta ayuda, pero al que al final le ha podido la necesidad. "Se han disparado los casos de la reforma y la ayuda del Consorcio ha sido menos de la esperada".

Manoli tiene que venir desde otra localidad vecina porque en su pueblo no se ofrece esta ayuda. "Es lo que hay. Tenemos que salir adelante poco a poco como podemos y no caer más en el agujero", explica entre lágrimas.

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Mari Carmen y su madre también tienen que recurrir puntualmente a esta asociación para llegar a fin de mes. "Mi madre es una persona mayor que no venía por vergüenza a que la vean y piensen que es una aprovechada, pero como yo le digo esto no es aprovecharse es una necesidad. Antes pedir que robar", asegura.

Desde las estanterías de una pequeña habitación sale toda esta ayuda. Comida en conserva, leche, agua y también lejía y otros productos de limpieza que se reparten a diario.

Juan acude en silla de ruedas, las inundaciones dejaron su casa arrasada. "Solo quedaron las paredes, ahora trabajamos la estamos reformando y los gastos no dejan de subir, así que toda ayuda es buena para sobrevivir".

Para todos ellos la llegada de la normalidad sigue estando muy lejos de ser una realidad.