Condenada a 23 años de cárcel por degollar a su hija recién nacida en Palma de Gandía

Condenada a 23 años de cárcel por degollar a su hija recién nacida en Palma de Gandía
Ciudad de la Justicia. Europapress
  • La condenada ha confesado que le seccionó el cuello a su hija tras el parto para que su familia no se enterara del embarazo

  • La niña nació viva y la muerte se produjo por insuficiencia cardiorrespiratoria aguda tras ser degollada

  • Los médicos no encontraron patologías mentales ni ningún indicio de que en el momento de la comisión del delito tuviera afectadas sus facultades

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ValenciaEl infanticidio ocurrió el 19 de febrero de 2024 en Palma de Gandía. La acusada tenía 22 años en el momento de los hechos y ha aceptado una condena de 23 años por un delito de asesinato con circunstancia mixta de parentesco. La condenada ha confesado que le seccionó el cuello a su hija tras el parto para que su familia no se enterara del embarazo. Al parecer, había mantenido su embarazo en secreto ante familiares y amigos.

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha emitido la condena. En un principio, cabía la posibilidad de de la prisión permanente revisable al ser asesinato sobre víctima especialmente vulnerable. Sin embargo, se ha tenido en cuenta el reconocimiento de los hechos y el acuerdo de conformidad alcanzado por su defensa.

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Parió en su propia casa y escondió el cuerpo

Aquel día febrero, la condenada dio a la luz a una niña de 3,230 gramos de peso y 52,5 centímetros de estatura en el domicilio familiar. Para seguir ocultando su embarazo, la pequeña le resultaba un obstáculo en sus planes. Por ello, al comenzar a sentir dolores propios de un parto, se dirigió al cuarto de baño portando un cuchillo de cocina de trece centímetros de hoja, con la intención de deshacerse de su hija si esta nacía con vida.

En el momento de cometer el crimen, la joven se encontraba sola en casa, sus padres habían salido a dar un paseo.

Los informes forenses de autopsia realizados en el Instituto de Medicina Legal de Valencia determinaron que, efectivamente, la niña nació viva, y la muerte se produjo por insuficiencia cardiorrespiratoria aguda tras ser degollada. Al ser una recién nacida, no tuvo posibilidad de defenderse, así que la alevosía del ataque –y por lo tanto el delito de asesinato– no admitía discusión.

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La joven escondió el cuerpo de la niña en un armario del baño, envolviéndolo con toallas y metiéndolo en una bolsa de plástico junto a la placenta. Se desconoce si su intención era deshacerse del cuerpo y de las pruebas del parto, para tratar de seguir manteniendo su embarazo en secreto.

No presentaba patologías mentales

La madre de la joven vio que presentaba un sangrado por derrame vaginal, y la acompañó a Urgencias del Hospital de Gandía. Desconocía que había dado a luz a una nieta. Al ser explorada por los médicos, detectaron que se trataba de un parto en domicilio sin asistencia sanitaria. Como manda el protocolo, dieron traslado a la Guardia Civil, que acudió esa madrugada a la vivienda, acompañados de una ambulancia del SAMU.

El padre de la joven se encontraba presente en la vivienda en el momento del hallazgo del cuerpo. La pequeña presentaba lesiones externas de violencia.

La detenida ingresó en prisión provisional y fue examinada por médicos forenses de la Unidad de Psiquiatría. Estos no encontraron patologías mentales ni ningún indicio de que en el momento de la comisión del delito tuviera afectadas sus facultades y capacidades volitivas e intelectivas. Por ello, no se le contempla atenuante, era consciente de sus actos.