La nueva vida de Saray Pereira: La finalista de 'GH 11' ahora es una madraza estilosa

telecinco.es 22/11/2018 10:56

La gallega, que con sus encantos encandilaba a los plebeyos tal como ella y su madre cantaban, ha dado un giro radical a su vida. Es cierto que sigue conservando su melena rubia, pero se muestra más estilizada y madura tras dar el sí quiero hace dos años a su marido Diego y sobre todo después del nacimiento de su hijo, Diego Junior.

Este último se ha convertido en el motor de su vida y el protagonista indiscutible de sus redes sociales. Los grandes cambios que ha experimentado pasan por todo lo que vive con el pequeño. Cada paso de Diego Junior es todo un acontecimiento para Saray que no duda en compartirlo con sus seguidores. Y, al lado de instantáneas de lo más tiernas entre madre e hijo también descubrimos la pasión oculta de Saray, sus estilismos, simpáticos boomerangs o los concursantes preferidos para la ferroleña en esta edición de 'GH VIP'.

La mamá perfecta y su príncipe

Ya ha pasado un año y medio desde que llegase al mundo Diego Junior a la vida de Saray. Su príncipe (como ella cariñosamente le llama) ha cambiado las rutinas de la exconcursante de 'Gran Hermano' y esta ha adoptado un rol más familiar tal como vemos en sus redes sociales. De esta forma Saray ha dejado en 'stand by' las fiestas nocturnas y se ha vuelto una asidua de estrenos de cine para niños, de los parques o de espectáculos infantiles. ¡Todo por ser la perfecta compañera de su príncipe Diego!

Sabedora de los defectos que puede tener un hijo único y de lo “chochos que están los abuelos con el niño”, Saray intenta que el pequeño comparta también sus momentos con Daniela y Nerea, las hijas que su marido Diego tuvo en una anterior relación, y con las que tiene unos fuertes vínculos.

Fanática del Barça

En 'Gran Hermano' descubrimos de Saray que la simpática concursante que decía “no tener defectos” era una apasionada del mundo del motor y del fútbol. Esta última una afición que compartía con su padre y que ahora muestra en todo su esplendor en las redes sociales.

Y es que Saray no puede disimular el placer que siente cuando gana su equipo de fútbol y proclama a los cuatro vientos lo orgullosa que está de ser culé.

Tal es su entrega por el equipo blaugrana que la gallega no se pierde un partido ni se achanta con los comentarios de los rivales y se toma el juego tan a pecho que podría ser una perfecta tertuliana en las mesas del deporte rey.

Sin embargo, la auténtica vena de forofa le sale a Saray cuando su Barça del alma se tiene que medir contra el eterno rival. En esas ocasiones la gallega se atreve con todo (hasta a hacer la manita en directo de Piqué) para recordar la derrota del Real Madrid, además de hacer buen uso también de los memes. ¡Que no se diga que no siente pasión culé!

Una seguidora fiel de 'GH VIP 6'

Ya sea porque fue el formato que la dio a conocer o porque es una apasionada en general de los realities, pero Saray está gozándolo como diría Omar Montes. Tanta es la entrega de la exconcursante que la mayor parte de su tablón público en redes está dedicado al comentario y despelleje de los integrantes vip que se encuentran ahora en la casa de Guadalix.

La gallega tiene sus claros favoritos y salvo las simpatías que le despierta el novio de ida y vuelta de Chabelita tiene claro que quiere ver en la final a Miriam Saavedra y a El Koala frente a la bautizada como 'cuchipandi' de la que, por cierto, cada vez van quedando menos.

El descubrimiento del boomerang

Como si se tratase de una niña con juguete nuevo hubo un antes y un después en la vida de Saray cuando descubrió el poder del Boomerang. La exgranhermana más tímida al principio se dejó llevar por las reproducciones adelante y atrás para llenar su muro de actuaciones de ella misma en las que incorporó luego a su príncipe y princesas.

A través de estas historias efímeras, Saray ha vuelto a rescatar su vena más simpática y creativa con la que conquistó a la audiencia allá por el año 2009. Y tal ha sido su enganche que es de lo más familiar ahora verla poner caritas a la cámara, sacar la lengua o mover la cabeza al ritmo de música como si siempre hubiera hecho esto.

Podemos confirmar que a Saray no solo le cambió la vida su entrada a 'Gran Hermano' sino también el buen día que descubrió Boomerang y lo que dan de sí unos buenos marcos de fotos.

El cambio de imagen de Saray

Si hay dos cosas por las que siempre hemos recordado a Saray Pereira, estas han sido porque la exconcursante ha podido siempre presumir de que pasó por Guadalix de la Sierra sin llevarse nunca una nominación de los compañeros y porque su melena rubia tan característica la ha seguido manteniendo con el tiempo.

Precisamente esto último es un logro si tenemos en cuenta el sorprendente cambio radical que ha vivido la gallega en estos años. Dentro de la casa engordó unos kilitos de más porque tal como ella misma reconoció el encierro le produjo ansiedad.

Lo cierto es que el romance derivó a su salida en una guerra televisiva en los platós y todo ese estrés mediático le pasó factura a la concursante. Alejada de las cámaras, Saray Pereira fue recomponiendo de nuevo su vida y retomando el ejercicio y este giro de los acontecimientos terminó dando sus frutos: la exgranhermana luce ahora esbelta ceñidos vestidos con una imagen más juvenil que la que tenía con 27 años cuando la conocimos.

Un cambio que le ha dado seguridad para ponerse frente al espejo luciendo tipo y variados modelitos del que los máximos responsables son el amor que le profesan tanto su marido como su hijo.

La gallega que ha cambiado en muchos aspectos vive ahora en un segundo plano la popularidad para centrarse en el cuidado de los suyos y parece que ese afecto y felicidad es toda una fórmula maestra.

Sin embargo, hay algunas imágenes de las que sube que nos remiten al pasado y nos siguen recordando el carácter contradictorio y alocado con el que se presentó a la audiencia la de Ferrol.

Entre aquella empleada del bingo con piercing que cantaba los números y la estilosa mamá que repasa sus looks frente al espejo ha habido un cambio mayúsculo, aunque para ella siempre queden los buenos recuerdos del punto que supuso el principio que lo cambió todo.

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