La infanta Cristina regresó ayer a Washington tras su viaje de 48 horas a Barcelona, donde mantuvo una reunión con el abogado de su marido, Pascual Vives, y donde también acudió a varios compromisos laborales en la Fundación La Caixa. No obstante, a finales de este mes, regresará a España, acompañada por sus cuatro hijos, para arropar a Iñaki Urdangarin, que prestará declaración como imputado ante el juez José Castro el día 25 de febrero, según revela El Confidencial.
Aún así, la hija del Rey no estará en Mallorca. En su lugar, viajará a Madrid, desde donde seguirá el desarrollo de los acontecimientos. Con ello, además, busca acallar los rumores de una separación de la pareja, que, en los últimos días, han sonado con más fuerza.
Ya en el seno de la familia Real, parece haber opiniones divergentes acerca de este viaje. Así, según las fuentes consultadas por El Confidencial, la reina Sofía lo apoya, mientras que el Rey parece no verlo con buenos ojos, ya que quiebra el plan de aislar al duque de Palma hasta que la Justicia no se haya pronunciado.
La infanta y sus cuatro hijos se alojarán en el palacio de La Zarzuela, si bien no se descarta que se instalen en el palacete de Pedralbes, en la Ciudad Condal.
El juez Castro tomará declaración mañana al ex socio de Urdangarin, Diego Torres, así como a su esposa, Ana María Tejeiro, los dos hermanos de ésta, y al abogado, Salvador Trinxet, presunto cerebro del desvío a paraísos fiscales de parte de los fondos obtenidos por la trama. El próximo 25 de febrero es el turno del yerno del Rey.