Anabel Pantoja pasa del cabreo a la exaltación del amor: "No solo somos pareja, nos hemos convertido en un equipo"

  • Una experta analizaba la compatibilidad de su novio, Omar Montes, con su compañera en 'Supervivientes', Melyssa

  • Anabel Pantoja esperaba que dijeran que eran compatibles y asistía a la explicación con cara de enfado

  • Sin embargo, el resultado ha sido muy diferente...

Anabel Pantoja está muy harta de que cuestionen su relación con el Negro, actual concursante de 'Supervivientes'. Ahora se preguntan si su acercamiento a Melyssa en el reality es más amoroso que fraterno, una experta iba a analizarlo en 'Sálvame' y la colaboradora ha acabado entre lágrimas.

Paz es experta en morfopsicología y desarrollo humano y en base a estos criterios analizaba las características de Omar Sánchez, su compañera de reality y su novia.

Su objetivo era determinar sus personalidades a través de sus rasgos para saber con quién es más compatible el concursante de ‘Supervivientes’. Anabel asistía al estudio con gesto de fastidio, imaginándose que iban a decir que su chico es más compatible con Melyssa que con ella… ¡Pero ha sido al revés!

Anabel Pantoja, del cabreo a la emoción

‘Sálvame’ en pleno celebraba la noticia con música y baile pero, para sorpresa de todos, Anabel se echaba a llorar defendiendo lo suyo con su chico: “Ojalá el amor eterno existiera, el tiempo que yo esté a su lado quiero seguir como estoy, e ir descubriendo cada día”.

Además, le daba la razón a Paz y es que se complementan a la perfección: ella más echada hacia adelante y él más retraído. “Nos hemos convertido no solo en una pareja, en un equipo”, decía entre lágrimas.

El planchazo de Anabel Pantoja en 'Sálvame'

Se ha tirado como si hubiera agua en plató. Anabel lo ponía todo en defender a su chico, Omar, de las acusaciones de Antonio Canales. El bailaor le acusaba de nominar "a un inválido" pero a Anabel no le parece que esté tan mal cuando se tiraba "como un delfín" a la arena para atrapar cangrejos. Es más, lo ha escenificado con todo su ímpetu y hasta se ha roto el vestido.