Un testigo afirma que Enrique Ponce se puso a gritar en mitad de un restaurante quejándose de que le estaban haciendo fotografías junto a Ana Soria. Al parecer, pidió “gritando como un demonio” que le pusieran un biombo o un reservado y amenazando con irse si no lo hacían.
El testigo le califica como “impresentable” e “inmoral”, cuenta que la situación fue “un bochorno” y que le plantó cara: “Le dije que jamás hubiese pensado esto pero ahora me doy cuenta de que es un faltón”.
Ana Soria ha desmentido el altercado y que hayan ido a este local, pero los mismos dueños del restaurante han confirmado que la pareja está entre sus clientes habituales. Además, han recibido un aluvión de llamadas de testigos que confirman la noticia pero, a favor de Ponce cuentan que esta persona se puso “muy pesada” con el torero.