Los Ángeles de San Rafael fue un proyecto urbanístico en Segovia emprendido por Jesús Gil en el que un derrumbe provocó la muerte de 58 personas y unos 150 heridos. Este hecho marcó la vida de Gil, que a partir de ese momento ingresó en una prisión segoviana. Allí logró hacerse con el control del lugar y gracias a que se rodeó de buenas influencias pudo conseguir sus caprichos mientras estaba entre rejas.
A los pocos meses, Gil fue declarado culpable y condenado a cinco años de cárcel por imprudencia temeraria y homicidio involuntario. Ingresó en la cárcel de Mirasierra y es a partir de ese momento cuando su madre Guadalupe comienza a pedir ayuda para conseguir el indulto de su hijo. Finalmente, cuatro meses después de ser condenado, Guadalupe consigue que la hermana de Franco le haga un favor y Jesús obtiene el indulto saliendo de la cárcel a la que volvería al cabo de unos años.