18.00 - 2.00 | Lecturas de manos y cuentos de miedo

Cuatro nominados, grupos bastante definidos y confidencias más o menos íntimas, pero los secretos aún están guardados. Menos el de Chimo, que se reveló el jueves al ser el primer expulsado de la casa. Conectamos con la casa.

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Bigote ha dicho

"Bigote ha dicho que no lo hace más. Que le va a dar un infarto", informa Jesús. "Que tiene 72 años", explica. A esto le salen opiniones variadas. Unos le exculpan, otros dicen que infarto les puede dar a cualquiera con esa alarma y Emmy añade "ellos lo saben, el programa lo sabe que tiene 72 años". Isabel insiste que si duerme en el suelo del vestidor, que duerma en el salón para tenerlo más cerca. "Y si no puede, que no venga al concurso", opina. Lucía está de acuerdo con Isabel y opinan que si no puede hacerlo, que lo diga en el cubo. Frigenti les dice que igual sólo lo ha dicho en el momento porque le han despertado y no era para él, pero que no tiene porqué estar abandonando la prueba. Sofía piensa lo mismo que Miguel: "se está haciendo esto muy grande de un comentario".

La 1.59 y siguen hablando de ello.

Yo nací en Bilbao

"Yo nací en Bilbao", les dice Emmy a Lucía, Isabel, Luca y Luis. "Pero me crié en Zaragoza". Añade que ha vivido en Carabanchel, en Alcoy... "y se hace llamar Loli de Albacete", termina Luis. Les tiene a todos en vilo. "Es mentira todo", les dice. "Lo de Dubay no", dice Sofía. La alarma de la prueba cierra esta conversación. El cubo llama a Miguel pero por un lapsus de Sofía llaman a Bigote. Para cuando llaman a Miguel, llega derrapando y pierde la bola.

Miguel y Cristina

Cristina tiene fuerza suficiente para hacer volar a Frigenti. Así:

Fiama y Emmy entran en la habitación y meten un casco con trenzas en una cama y se van. Cynthia entra arrastrando los pies y Cristina les pide a ella y Miguel que imiten a un bebé llorando. La finalidad es hacerlo ella misma. Se tapa para que no le vean la cara y activa un llanto muy logrado. Cyntia se asombra y Miguel se retuerce de risa.

Mamá

Lucía y Luis intentan convencer a Emmy para que haga una aparición. Los gemelos ya están dormidos y Emmy tiene que acercarse a ellos con su peluche de conejo en la mano y decir: "mamá". Lucía se excusa que ella no pasa por una niña, que si no lo hacía ella. Pero tiene otras aportaciones: "la mano flácida, como si no te interesase". "Y la mirada perdida", añade Luis. "Y te balanceas", sigue Lucía. "Y ahí va a haber pedos, caca y de todo. Que se van a jiñar", Luis se está imaginando los resultados. Sofía propone que si alguien pregunta, la hacen pasar por sonámbula. Y se lo vuelven a imaginar. Y en su imaginación sale a la perfección. Sin embargo, en el mundo real Emmy no se decide y se teme que le entre la risa. Como no la consiguen convencer, Luis le asegura que en verdad esto es una misión. "Y te he elegido a ti". Emmy sigue sin creérselo.

Dormitorio naranja

Sandra y Julen se trasladan a la cama. Él le acaricia el pelo y luego juntan mucho sus cabezas para susurrarse. Una mano de ella se cuela por la capucha de él y le corresponde.

Cerca de ellos hay algunos dormidos y otros derrumbados sobre la cama.

Masaje

La sesión de terror ha terminado. Ahora la sesión es de masaje y se la da Cristina a Jesús.

El susto

Turno de Luis, que tiene una historia con niño y pelota muy aparente. Jesús cuenta otra en la que una mano le santiguó mientras dormía. Entretanto en el baño, hay cuatro huídas que se han ido a duchar. O eso han dicho. Sofía sí se ha duchado. Y Emmy se está desmaquillando. Pero Fiama y Sandra se dedican a pintarrajear una śabana blanca con pintalabios rojo y luego a pintar la cara de Fiama de blanco espeso. Con ojeras negras también. Canales ya las ha pillado. Y Luca también, que se ríe con la mano en la boca. "Oye, pues da el pego", dice Sofía. No es posible saber si eso es bueno o malo.

El espectro aparece en el salón, se escuchan tres gritos encadenados y Fiama ríe desatada. "Es que está para encerrarla", dice Sofía.

En un extremo del sofá Julen acostado en el suelo se deja acariciar la oreja por Sandra sentada.

Salvados por la prueba

"Me he hecho caca", dice Jesús. Por si acaso siguen, la alarma suena una segunda vez. Quieren que hable Luis: "seguro que tú tienes alguna de jiñarte", le dicen. Y otra alarma que va. Lucía llega al tubo, pero la bola se le cuela por el hueco entre las manos y cae al suelo.

"¿Por dónde íbamos?", dice Lucía. Se refiere al recuento de bolas a ver si superan la prueba o no.

Abuelos que se aparecen

Lo han conseguido. Todos en el salón para contar historias de miedo. Lucía y Sofía son las últimas en llegar. Sofía llega llorosa. Jesús le pregunta y ella le dice que ha estado hablando con Lucía de un tema que la ha emocionado. No da más datos.

Edmundo empieza. Sabe adornar con detalles y todos le escuchan en silencio contar cómo siento una paz enorme cuando una presencia le acarició. Él cree que fue su abuelo. Jesús se anima y esta vez no cuenta una de los Warren. Sino también la aparición del suyo, de su abuelo. "A mí también me pasó", se anima Frigenti. Pero Jesús aún no ha terminado. Describe ese momento como el más feliz de su vida. "Y como creo en Dios, creo en todo", sigue Jesús. Explica que "todo" es el diablo también y asegura que también ha tenido experiencias malas. Y esas son las que piden oír los demás.

Nominados para siempre

Cristina y Miguel en el vestidor sospechan que puedan estar en la palestra semana tras semana. Cristina le dice que el problema es que no se relaja, que está alerta. Pero que salvarse "es un subidón". Miguel lo está pasando peor.

Edmundo los encuentra ahí y les dice que vayan al salón. El plan de hoy es contar historias de miedo. Los gemelos están entusiasmados.

Edmundo sigue leyendo manos

En un aparte, Edmundo ya le ha leído la mano a Julen.

La gemela de Emmy

Pequeña revolución en el vestidor. Sandra, Cristina y Fiama buscan alguna puerta secreta. Creen que Emmy tiene una hermana gemela y ambas entran y salen por ella. Dice Sandra que se ha aprendido sus tatuajes y hasta la forma de sus uñas. "Le preguntas por su padre y unas veces te dice una cosa y otra otra diferente", sigue Sandra. "Y si no es eso, entonces tiene una misión", es la otra opción que barajan.

No tardan en coger a Emmy por banda en el salón y preguntarle a bocajarro que si tiene una misión y que explique qué hace en esas incursiones tan rápidas al vestidor. Emmy les asegura que ha ido un momento a comerse un caramelo. Ante la incredulidad, les dice que sí, que tiene una misión. Todos se habían quedado tranquilos hasta que acto seguido Emmy se desmiente. Decepción general. Prefieren la misión, es más excitante.

La broma

Fiama le pide a Miguel que sea su cómplice en una broma. Con esto queda destapado el autor. Le pide que se siente delante de una botella, tapándola. "Yo voy a ir después, me pongo detrás y le voy echando cositas". Miguel acepta pero quiere saber qué cositas y de quién es la botella. "Sal y así" a lo primero. De Sandra" a lo segundo. Esa es la broma. Y a ello van.

La cena

Julen y Sandra cenan en el salón para vigilar a quién llama la prueba. El resto en la mesa son interrumpidos. Primero Isabel. Cynthia. Después Sofía. A Sofía se le cae la bola y Edmundo la disculpa. "Te pasó lo mismo que a mí el otro día".

Cristina y Miguel hacen cálculos de si merece la pena o no conseguir la nominación directa de alguien. Luego se unen a la conversación general. Se ven perdiendo la prueba y se están haciendo ya a la idea de una dieta de patatas.

De qué habláis

Fiama habla con Emmy de "él". Él" es su relación de fuera. Dice Fiama que recuerda todas las caras menos la suya. "Igual es algo de defensa", se autoexplica. Fiama le dice a Emmy que llevan meses intentando tener un bebé. La alemana escucha comprensiva. Isabel se asoma entre las dos. "¿De qué habláis?". Fiama le responde que de quedarse embarazada, que conoce gente que le ha costado mucho y otros no. Con Isabel no aclara que hablaba de sí misma.

Sofía quiere que Edmundo le lea la mano a Luis. Y no quiere perderse ni una coma. Sin embargo acaban hablando de sus compañeros. Sofía le dice que ve algo bueno en todos. Edmundo también... menos en Emmy. Que no le produce nada positivo en el alma, dice. De hecho, no le produce nada. "Nada, nada, nada", dice. Sofía le dice que Emmy es muy banal, que no se puede hablar nada profundo con ella, pero cree que Emmy también tiene su público. Edmundo insiste que hay que aportar algo positivo en su paso por la casa, que les está viendo mucha gente y tienen que dar algo bueno. "Yo no sabía que eras así", le dice Sofía. "¿Así cómo?", pregunta Edmundo. "Pues tan ser de luz. Eres un soldado de Dios. Se lo he dicho antes a Luis y no me ha entendido porque le hablo en mi idioma", le dice Sofía con admiración.

Caricias

En otra parte del sofá Julen encapuchado mantiene a Sandra contra sí y le hace caricias en las manos. Caricias en la señal 1. En la plus. En primer plano. En plano general. Contraplano y zoom. Imposible no verlas.

Soy impulsivo

Miguel está con Edmundo. Tiene su mano tendida hacia arriba y Edmundo se la está leyendo. O similar. Le dice que su fallo son los nervios, le dice. Que se los cuide o a los 60 no va a poder con ellos. Miguel quiere saber si le va a ir bien con su novio, si va a ser feliz y si le va a ir bien en el trabajo. Casi nada. Edmundo le insiste que controle su ansiedad. "Soy impulsivo", dice Miguel. Y Edmundo le sigue contando a Miguel cómo es Miguel. "Soy impulsivo", repite Miguel. Hasta una tercera vez lo vuelve a decir. Tal vez una cuarta incluso.

Antes de Miguel Fiama ha pasado por el consultorio de Edmundo. A ella le ha dicho que tenía que respirar bien mientras ella asentía con gesto de credulidad.

Patatas

Al final para cenar lomo con patatas. Lucía pregunta si la merluza de mañana la van a hacer con patatas. Jesús está preocupado. No hay mucha merluza y hay que acompañarla con algo. Y parece que serán patatas, aún no se sabe cómo. Pero patatas.

Fiama pide si le pueden apartar a ella patatas sin que lleguen a estar en contacto con la merluza. Jesús dice que sí. Lucía también, pero se lo dice de usted.

Juegos de manos

En la cocina van a empezar con la cena. En el mostrador Julen y Sandra juegan a los chinos, un juego de manos. Julen dice de sí mismo que es un looser. Supuestamente habla del juego. Del juego de los chinos, no de otros juegos.