Buenas noches amigos. Adara, cuya entrada ha revolucionado la casa, ya ha tomado una decisión sobre quién será el líder de la prueba. Finalmente ha optado por darle el poder a su mejor amigo fuera de la casa de los secretos, Miguel Frigenti. Este ha formado un grupo con sus afines Cristina y Luca, junto con los Gemeliers, Luis y Canales que serán morronuis, es decir los privilegiados durante toda la semana. En el bando de los pringanuis, es decir los sirvientes, se quedan el resto de chicas de la casa, menos Cristina junto a Julen. Apenas llevamos un rato con la prueba, pero alguna como Emmy y Fiama ya andan muy rebotadas. En estos mismos momentos, vemos como Emmy se queja de que hay concursantes "que están pasando todos los límites" y se muestra muy categórica respecto a Frigenti: "Es malo". Mientras tanto, en el dormitorio, Adara charla amigablemente con el trío de la discordia. Con esta panorama, vamos al lío.
Luca sigue justificando lo del peluche recalcando que ha sido una broma. "Te estás quedando en la superficie. Sabes que después de todo lo de ayer....No era el momento de hacer eso", reacciona Luis. El italiano entonces cambia el argumento de la broma para dar a entender que ha sido una venganza porque la alemana le ha servido un plato de muy mala gana. En este punto me despido ¡Buenas madrugadas!
Según Emmy, el trío le ha estado provocando durante la prueba y se teme que mañana pase lo mismo. "No va a pasar porque Luis ya ha hablado con ellos para que no haya provocaciones", la tranquiliza Fiama.
Adara aconseja a Frigenti: "Mejor ni hables porque se contagia el mal rollo. En cuanto podáis, salid de ese cuarto". Por su parte, Miguel muestra su disgusto: "Es muy vil y ruin que alguien pueda pensar que estoy encantado con lo que pasó ayer. No es la primera vez que lo dicen", suelta en referencia a los gemelos. Por otro lado, en el dormitorio, Emmy raja de Adara: "Encima esa mujer que es adulta y madre no es capaz de pedir perdón. Y encima se ríe", lamenta. "El problema es que se premia a ese tipo de gente", interviene Lucía. Por su parte, Fiama piensa que Adara ha ido a la casa a desestabilizarles.
Frigenti se junta con Luca y Cristina da una serie de directrices: "Ahora nosotros buen rollo y no caigáis....Silencio absoluto. Vamos a estar tranquilos y no nos contaminemos". Por su parte, Cristina ya da la prueba por perdida.
Canales comenta la jugada con Adara. La muchacha piensa que se están sacando las cosas de quicio en la casa y no entiende que por esconder un peluche se líe tanto. Canales discrepa: "No era el momento".
Ahora vemos al trío rajando de todo el resto. "Al menos ha venido Adara y ve lo mismo que nosotros. Yo con este tipo de gente no quiero estar...Estoy incómoda durmiendo al lado de Fiama", concluye Cristina. Por su parte, Luca revela que Emmy estaba muy enfadada con él. Después, lamenta que haga lo que haga el personal se enfada con él. "He escondido un peluche, pero no lo he roto", justifica el italiano.
Luis advierte a Emmy de que no puede rebelarse como cuando no ha querido subirse a la báscula: "Un vez te la pasan, pero la siguiente no. Te lo digo porque ya te quiero y puedes llegar lejos en el programa". Pero la rubia no atiende a razones y por si fuera poco, ahora no encuentra su peluche. Después de un rato buscándolo, la alemana estalla: "He dicho que son mis cosas personales...Estoy harta", suelta chillando, entre lágrimas. Por lo que leo en el anterior Minuto a Minuto el que se lo ha escondido ha sido Luca jaleado por Adara.
Luis entra en el dormitorio donde el ambiente es funeral e intenta animar los ánimos: "Como te ven te tratan. Si te ven bien, te contratan y si te ven mal, te maltratan...¿Tú crees que yo tengo ganas de fiesta ahora? Pero como diría otra: dientes, dientes. Vamos todos al salón un rato a la fiesta". Pero ninguno está por la labor de celebrar nada.
Lucía se viene abajo y rompe a llorar en el dormitorio. La más veterana se desahoga con sus afines: "Yo me estoy disculpando todo el tiempo y conmigo nadie lo hace. Ayer me vino a insultar la que ha venido de nuevas (Adara). Yo no estoy podrida por dentro....Después no puedes gastar ni una broma...Ellos son unas hienas y no van a parar...Ya no me importa nada ni nadie". Mientras tanto, en el jardín, el trío junto a Adara se hace fotos con pose.
Otra que no está para fiestas es Isabel. La muchacha está en el cuarto lamentando la trayectoria del concurso: "Ya está todo escrito", asegura. Isabel no quiere ni comer: "Estoy en huelga de hambre porque ni me han dejado montar un sindicato".
El personal podrá disfrutar de una fiesta homenaje a la artista Raffaella Carrá. Suenan los temas más famosos de la cantante italiana. El que mejor se lo pasa es Luis que se sabe todas las canciones y se pone una peluca. La otra cara de la moneda la representa Lucía, que se ha metido en la cama y se hace una pregunta en voz alta: "¿Qué estoy haciendo aquí?".
Frigenti considera a Canales tan aburrido como para preferir compartir casa con Lucía en vez del diestro: "Si tengo que ver a Canales en la cinta los próximos meses me da algo... Prefiero una discusión con Lucía de vez en cuando que vivir con él". Además afirma que como espectador se decantaría más por Lucía o Fiama que por Canales. Estas palabras no son del agrado de Luca ni Cristina. "A los espectadores no les gustan las mentiras o las injusticias", sentencia la presentadora.
Mientras están en el jardín, el trío mata el tiempo con su manera predilecta: haciendo trajes. Pasan revista a todos sus compañeros y no dejan títere con cabeza. Los gemelos tampoco se libran. Frigenti tiene claro que en cuanto salgan nominados "se van a la calle". En un momento dado, Luca suelta la siguiente frase en modus maestro Jedi, mientras contempla el infinito: "Es lindo cuando escuchas una mentira y conoces la verdad". Cristina reacciona como si hubiera escuchado hablar a Gandhi. "¡Qué frase más bonita acabas de decir!".
A Luca no le pareció bien que Adara hablase de Gianmarco con él durante en plena gala: "Eso lo tendría que hablar con mi hermano". Por otro lado, Luca insiste en que Gianmarco sí estuvo muy enamorado de Gianmarco. Defiende, otra vez, que su hermano dejó la relación "porque leyó un mensaje muy fuerte" que le escribió a Rodri, último novio de Adara.
Emmy confiesa a sus adeptos la razón por la que no quería pesarse. "¿Por qué tengo que ayudar a esa tía (Cristina) a que cumpla la misión?". Por otro lado, el trío de la discordia charla sobre Adara. Luca afirma que le ha sorprendido que la muchacha haya pasado tanto tiempo con ellos tres. "Me alegro de que haya cambiado la concepción que tenía sobre mí", interviene Cristina.
Emmy no quiere subirse a la báscula. La muchacha está de nones y no tiene ganas de que el personal conozca su peso. En cualquier caso, la voz le avisa a Cristina que no ha superado la prueba como calculadora humana del peso y altura de sus compañeros. La presentadora tenía un margen de error que ha sobrepasado y por lo tanto no se le va a conceder la pista para un secreto.
En el salón, el personal al completo tiene que medirse y pesarse con una máquina. Hay que verificar que el peso y la altura coincide con los datos aportados por los concursantes previamente. Según la máquina, los Gemeliers miden 1,73 pero le habían dicho a Cristina que medían 1,80. La presentadora les pregunta que por qué mintieron, pero la única respuesta que obtiene es el silencio.
Apenas ha comenzado la prueba, pero reina el desánimo entre los pringanuis. Emmy avisa de que ella tiene muy poco aguante para obedecer algunas órdenes. "Yo voy a saltar", anuncia. Por otro lado, Jesús reconoce que, de haber tenido la oportunidad, se habría cebado con Frigenti durante la prueba.