Tecleando con el Duque

SANDRA VICENTE 27/03/2008 13:31

No todos los días se tiene como compañero de mesa al actor cuyas fotos están pegadas por toda la redacción desde que empezó la serie, al cuerpo que ocupa los fondos de pantalla de todos los ordenadores….. ¡Qué dura iba a ser la jornada del 25 de marzo!

Las chicas-telecinco.es dejamos patente desde primera hora de la mañana que el 'Duque’s day', como lo habíamos denominado, no iba a ser un día normal. Se veía mucho rimel en las pestañas, alguna minifalda inesperada y bastante tacón de sábado noche. Antes muertas que sencillas, que la ocasión lo merecía.

Las impresoras echaban humo escupiendo fotos del protagonista del día. Y es que no había quien no tuviera encargo, bajo amenaza de muerte, de su prima, de la vecina del 5ª o de la tendera del barrio, de conseguir un autógrafo dedicado del Duque.

En medio de tanto revuelo, y como si todo eso no fuera con él, apareció con su aire ‘casual’, con su mochila al hombro, nada de trajes entallados de capo ni de corbatas estilo Duque, y nos dejó sin aliento. Una sencilla camiseta blanca, unos vaqueros y unas deportivas le bastaron a Miguel Ángel Silvestre para enamorar a las más reticentes, que, como las meigas, haberlas, las había.

Cuando sin que te dé tiempo a darte cuenta, te ves sentada frente a un ordenador a escasos centímetros del HOMBRE del momento, que te mira de frente cuando te habla, que se muestra cercano y atento con todas y cada una de las personas que se le acercan y que no para de dar las gracias por todo, no puedes más que repetir para tus adentros: “¿qué he hecho yo para merecer esto? ¡¡gracias jefa por haberme contratado!!”

Cercano, seductor y atento, demostró que sabía qué decir en cada momento para dejar al personal encandilado. “telecinco.es es el paraíso para un hombre, repetía el actor para regocijo de un auditorio, ya a esas alturas, entregado, “Sois todas mujeres. ¿No puedo yo venirme a trabajar aquí?”, preguntaba. “Qué suerte tienes”, le decía a uno de nuestros pocos chicos. “Pero si se pasan el día hablando de ti!”, respondía resignado el pobre Diego.

A pesar de que sabe perfectamente el efecto que causa en las mujeres, de vez en cuando afloraban destellos de ingenuidad propios del niño que todavía es o del hombre que acaba de descubrir lo que es la fama. “¿Pero cómo pueden haber llegado más de 21.000 preguntas?”, ¿cómo puede ser que la audiencia de la tele o el tráfico de una web suba cada vez que aparezco?, se preguntaba incrédulo.

Qué cara pondría entonces si supiera que no dejan de preguntarme cómo habla, a qué huele... Para los curiosos: a lo primero, la voz del Duque la imposta, la de Miguel Ángel no es tan rasgada, y a lo segundo no puedo más que decir aquello de “¿a qué huelen las cosas que no huelen?”.

Relajado y disfrutando del momento, firmó gustoso todo lo que le pusieron por delante, tuvo palabras amables para las espontáneas que se acercaron hasta la redacción y para las duquesitas que estabais al otro lado y demostró que es de las personas que no rehuyen el contacto físico. Toca, abraza (¡y cómo abraza!).

“¿Estás cansada?”, me preguntaba. ¿Creéis que alguien podría cansarse de una jornada de trabajo así? ¡¡Que lleguen más 25’s de marzo, por favor!!