La gran huida

TELECINCO.ES 08/01/2009 18:53

Se ven obligados a detenerse, Duque está gravemente herido después del tiroteo, tiene una bala alojada en el hombro. Sangra mucho y no puede casi mantenerse consciente, necesita ayuda médica inmediatamente.

En el aparthotel

Muy cerca de donde han parado hay un aparthotel, Jessi se ofrece a sacarle la bala allí, no es la primera vez que ve una herida así. Muy decidida la pelirroja encuentra todo lo indispensable para curar a Duque y salvarle la vida. Mientras el narco se retuerce de dolor en la cama, Jessi intenta extraerle la bala, pero en el último momento no reúne las fuerzas necesarias y falla en su intento. Cata en ese momento no tiene otra escapatoria, decide traer a un médico para que salve a su novio.

Se presenta en el hospital Virgen de la Luz, allí encañona con una pistola a un doctor y a una enfermera y consigue bajo amenaza llevarles al apartotel. El doctor Lorenzo consigue sustraerle la bala y curarle.

Velasco recibe una llamada de la comisaría del sur , le cuentan que ha habido un secuestro de un médico y su enfermera en un hospital de la zona, lo que les hace suponer a Torres y al subinspector que podrían ser ellos. Se dirigen a interrogar al médico y a la enfermera, en su declaración acusan a Cata de ser la autora del secuestro, lo que sorprende mucho a Torres y a Cuesta.

Cata, Jessi y Duque siguen huyendo, su próxima parada es en un bar de carretera, necesitan recuperar fuerzas, pero les siguen pisando los talones la Guardia Civil, tienen que llegar cuento antes a la costa. Dos guadias civiles inspeccionan el coche de los fugitivos, Duque se percata y les apunta por detrás con la pistola. De nuevo consiguen huir.

En la casa de campo

Su siguiente parada es en una casita de campo en Arroyo del Fresno (Sevilla), allí pueden refugiarse, están a tan 200 kilómetros de Cádiz. Cata encuentra una vieja radio y junto a Duque escuchan por las noticias que les están buscando, están involucrados en la 'Operación vodka' en la que se apresaron 4 toneladas de cocaína y un gran número de armas, y también se les relaciona con la muerte de Miguel Cortés.

Mientras Torres descubre que los fugitivos han cambiado de transporte, han abandonado el Mercedes plateado por otro coche menos lujoso.

Torres es informado a través de la Guardia Civil de Arroyo del Fresno que les han visto alojados en la casita de campo, el inspector con su equipo policial decide desplazarse al lugar.

A la mañana siguiente, Duque, Cata y Jessi son sorprendidos de nuevo por la Guardia Civil, tienen que escapar. Duque le dice a Catalina que tiene que llegar como sea a la pensión Mohamed en la calle Pez y una vez allí se tiene que poner en contacto con El Rubio. Pero para sorpresa de los dos, Jessi sirve de señuelo, la ex meretriz escapa sola en el coche distrayendo así la atención de los guardias civiles. Cata y Duque aprovechan el despiste de los policías y huyen a pie. En su frenética escapada Jessi se estrella contra un árbol, sólo sufre unos pequeños rasguños. El inspector Torres junto a Cuesta interrogan a la joven, está acusada de ayudar en la huida de dos sospechosos, cómplice de un secuestro, pero ella se defiende "pues no es verdad, ellos me obligaron" alegando que la tenían prisionera y que sólo estaba escapando de ellos, no huía. Torres le confiesa que hubiera sido mejor que les hubiera detenido la policía porque Morón les persigue para matarles, "si Morón les caza antes que nosotros, están muertos", "no lo hará, él es el Duque" asegura Jessi.

Calle del Pez (Cádiz)

Por fin, llegan a la pensión Mohamed y se alojan en la misma habitación de siempre. De repente son alertados por una luz roja. Desde la recepción su amigo les avisa de que va a recibir una visita, Morón y sus hombres quieren sorprender a Duque y Catalina. Comienzan tiros y más tiros, Cata empuña una pistola para acabar con la vida de algunos sicarios. Pero en su huida topa con Morón, el colombiano está dispuesto a acabar con la joven pero como un ángel protector, Duque sorprende a Morón disparándole en el pecho.

Más tarde llega Torres y Cuesta, hay cuatro sicarios muertos, casquillos de bala por todas partes que corresponden a los del tiroteo en el desguace. Todo indica que han huido de nuevo y que probablemente hayan cruzado ya el Estrecho. Sin embargo, Torres descubre un chaleco antibalas que le hace pensar que el caso todavía no está cerrado. Morón les persigue.