Víctor Amela celebró su propio funeral: "Os lo aconsejo a todos, morid simbólicamente y resucitad"

Víctor Amela celebró su propio funeral: "Os lo aconsejo a todos, morid simbólicamente y resucitad"
El caso de Víctor Amela, que decidió celebrar su propio funeral
  • Víctor pidió a un amigo que excavara un agujero, se metió en una especie de ataúd y sus amigos le taparon con un poco de tierra

  • Víctor quería reprogramar su inconsciente y es que pensaba que podía morir a los 65 años

  • "Dentro, imaginé que moría a los 102, fue un acto psicomágico para darme tranquilidad y sosiego", relataba Víctor

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El seizenso es celebrar tu funeral en vida, es algo que empezó en Japón y se ha extendido a otros lugares, donde cada vez se hace más. En 'TardeAR' hemos conocido el caso de Víctor Amela que nos cuenta que celebró su último adiós, un momento en el que incluso se metió en una caja y que le sirvió para reprogramar su inconsciente porque creía que iba a morir a los 65 años.

"Os lo aconsejo a todos, morid simbólicamente y resucitad, que es lo que yo me regalé a mí mismo, una muerte y resurrección", decía nada más comenzar su intervención en directo en el programa y añadía: "Fue una receta y recomendación de Alejandro Jodorowski".

Y es que lo que le pasaba a Víctor es que cuando tan solo era un adolescente, de 15 años, jugó a la ouija: "Le pregunté a qué edad iba a morir, me dijo que a los 65 y yo lo olvidé pero con más de 50 me vino ese recuerdo, me asusté y Jodorowski me dijo que el inconsciente tenía esa orden".

Así que le recomendó que organizara su propio funeral para eliminar este pensamiento y así lo hizo: un amigo con una excavadora cavó un hueco, se metió en una caja y sus amigos le echaron un poco de tierra encima: "Dentro, imaginé que moría a los 102, fue un acto psicomágico para darme tranquilidad y sosiego", relataba Víctor.

La reacción de Ana Rosa Quintana: "No hay necesidad"

Y lo consiguió, cree que todo tiene que ser una "excusa" para "festejar" pero Ana Rosa comentaba: "No hay necesidad en todo esto". Sin embargo, el entrevistado insistía en que para él fue "muy bonito" escuchar lo que sus amigos tenían que decir, llegó a llorar y añadía: "Fue un acto para reprogramar el inconsciente".