La impactante historia del accidente que casi le cuesta la vida de un invitado de 'El diario de Jorge': "Tenía los ojos fuera de las órbitas"
El peor día de la vida de Manoli y Ana fue el 18 de abril de 2020 pues casi pierden a su hijo y hermano en un brutal accidente de tráfico
El duro testimonio de una joven con una enfermedad rara a la que le rechazan las entrevistas de trabajo: "Mi miedo es sentirme sola"
Gabriel se define a sí mismo como cabezón, impulsivo y rebelde. Es conocedor de que su entorno ha sufrido mucho por su carácter liberal pero, sobre todo, su familia. Sin embargo, el momento en el que más padecieron fue el día en el que sufrió un accidente por el que casi pierde la vida. Desde entonces se niega a utilizar cualquier vehículo que tenga manillar. Ahora, viene a 'El diario de Jorge' para traer a su madre, Manoli, y su hermana Ana para decirles, después de mucho tiempo, que les quiere y que se siente agradecido por todo por lo que han hecho por él.
Ellas, quienes se encuentran entre el público, no tienen ni idea de que son las protagonistas de la siguiente historia del programa hasta que Jorge Javier se acerca hasta ellas. En entonces cuando les muestra una pista sobre quién les ha traído hasta aquí: 18 de abril de 2020. Acto seguido, ambas se rompen: esta es la brutal historia del accidente de Gabriel.
18 de abril de 2020: "Un día malísimo"
Nada más ver la fecha plasmada en la pantalla, las lágrimas de Manoli empiezan a brotar: "Un día malísimo". Aquel día, su hijo tuvo un brutal accidente de tráfico del que no supieron si se podía salvar o no hasta pasadas 48 horas. "No nos podían decir si podían operarlo o no porque había tragado mucha sangre y se le habían encharcado los pulmones", cuenta su madre.
Tuvieron que ir a reconocerlo y pudieron hacerlo gracias a los tatuajes porque la cara estaba totalmente desfigurada con "los ojos fuera de las órbitas". "Yo creía que eso solamente era en las gafas de broma", confiesa Manoli entre lágrimas. Lo pasaron muy mal porque, como sucedió durante el confinamiento, solo pudieron ir a verlo el día que tuvieron que hacer el reconocimiento. Les iban avisando por teléfono de cómo iba avanzando en la UCI. "Eso es lo más duro", asegura Manoli.
Tuvieron que operarle hasta en cuatro ocasiones, la primera duró 12 horas, la segunda 10, la tercera ocho y la cuarta más corta. "Tiene 21 placas de titanio en la cara y con mallas para sujetarle los ojos porque las cuencas las perdió también. La nariz es una prótesis, los dientes, todo…", cuenta la familia. Sin embargo, gracias a todas estas intervenciones y al trabajo del equipo médico de Cádiz, Gabriel puede seguir teniendo una vida totalmente normal.
