La valentía de un exadicto al juego al confesarle a su madre su dolor por haberle robado dinero: "No supe gestionar lo que me pasaba"

El duro relato de Josu, exadicto al juego: "Con 27 años debía más de 20.000 euros"
Una madre le hace por primera vez la confesión más sincera a la hija que tuvo con 15 años: "Me siento muy culpable"
El caso de Josu, un joven guipuzcoano de 26 años, puede ser inspirador para muchas personas que estén atravesando por un problema de adicciones. Relata que con 18 años empezó a apostar en juegos, pero que desde los 20 hasta los 27 años se convirtió en un auténtico adicto. Su vida pasó por una espiral donde se meclaban todo tipo de sensaciones, la mayoría negativas.
Josu cuenta en 'El diario de verano' que pasaba noche tras noche pensándose "la mentira perfecta" para conseguir dinero con el que invertir en máquinas. Y se las decía a su entorno más cercano: amigos, familiares... "Llevaba una doble vida", cuenta. El joven asegura que no tenía apenas "sentimientos". "Eres frío y calculador", dice.
Lo que les dijo a sus padres cuando confesó que era adicto al juego
El invitado cuenta que su objetivo era "ganar el dinero perdido", y que eso le generaba una especie de "fantasía". Pero a los 27 años se dio cuenta de que era un verdadero problema: debía más de 20.000 euros. "He llegado a robar a mi familia", señala. Tras ver cómo sus amigos se apartan de su vida, Josu no puede más y decide contar lo que le ocurre a su familia. 'Debo muchísimo dinero y necesito ayuda', les dijo.
Aún recuerda "borrosa" la reacción de sus padres. Al principio se enfadaron, pero pronto empiezan a darle todo su apoyo para seguir adelante y combartir el problema. Así que a esa edad empieza su rehabilitación. Josu sufre porque no puede acceder a sus cuentas bancarias y tampoco puede visitar ningún bar que tenga máquinas tragaperras, entre otras cosas. "Mirándolo objetivamente no me sentía bien. Ese sentimiento de culpa no lo sé gestionar", relata.
A los 30 años vuelve a recaer en las adicciones. Acumula así una mochila llena de piedras, aunque poco a poco las ha ido descargando con mucho esfuerzo y, sobre todo, con el apoyo de personas como María Jesús, su madre.
Por eso ha querido demostrar su valentía y honestidad al tener la conversación más sincera con ella. "Si te he traído aquí es para pedirte perdón por todo el daño ocasionado, yo os quiero mucho y en ningún momento hice para haceros daño. Me sentía muy mal no supe gestionar todo lo que me estaba pasando", cuenta.
Su madre no ha podido evitar las lágrimas mientras le respondía con mucho afecto. "Todo está perdonado, te quiero con locura", le traslada.

